Francisco L. JIMÉNEZ

La intoxicación por mercurio que tuvo como foco la fábrica de Azsa en San Juan de Nieva y que afectaba hasta ayer a 57 personas, todos empleados de la subcontrata IMSA o de la propia Azsa, dio ayer un salto cualitativo al trascender, por boca del diputado de IU Gaspar Llamazares, que una persona vecina de la factoría dio en una analítica niveles de mercurio en la sangre por encima de los 15 microgramos por litro, la tasa a partir de la cual los médicos entienden que hay un problema de salud. Este periódico pudo saber ayer que la persona a la que aludió Llamazares es un mujer, presuntamente residente en Jardín de Cantos (Avilés) y vinculada laboralmente a Cristalería Española. El diputado de IU no ocultó su preocupación por el hecho de que este episodio de contaminación por metal pesado haya traspasado los límites de la fábrica y en ese sentido exigió «transparencia por parte de la empresa causante del problema y diligencia e implicación por parte de las autoridades ambientales, laborales y sanitarias».

La intoxicación de una persona ajena a Azsa que reveló Llamazares no fue la única que se conoció ayer; a última hora de la tarde la sección sindical de CC OO en la multinacional del cinc divulgó que tres nuevos trabajadores de Azsa se vienen a añadir a la lista cada vez más larga de intoxicados. Además, esta vez concurre la circunstancia de que se trata de empleados ajenos a la línea de Tostación, donde se sospecha que estuvo el foco principal de la contaminación mercurial.

De este modo, la relación de afectados por el mercurio a día de hoy es de 61 personas: 49 de la plantilla de IMSA, 11 de Azsa y la vecina referida ayer por IU. La dirección general de Salud Pública del Principado tiene plenamente confirmadas 57 de esas intoxicaciones, si bien ayer dio credibilidad al caso del que se hizo eco Llamazares e incluso puso a disposición de esa persona los recursos del Sespa para «evaluar su estado, hacer las pruebas clínicas pertinentes y controlar la evolución de su salud».

Gaspar Llamazares mantuvo en todo momento el secreto sobre la identidad de la persona ajena a Azsa que se suma a la lista de afectados por el mercurio, limitándose a indicar que la constancia que tiene del asunto es «plena» y que el nivel de metal pesado que se detectó en su sangre «es superior a los 15 miligramos por litro, si bien debo decir que se trata de una intoxicación leve, como no puede ser de otra manera habida cuenta de que esta persona no ha estado dentro de la fábrica; lo contrario sería como para salir corriendo».

El diputado afeó así mismo la actitud del sindicato Sitaz, mayoritario en Azsa, recriminándole su protagonismo en la denuncia de lo acontecido en la fábrica y la posterior gestión del suceso: «Nadie me va a amordazar ni impedir que siga diciendo que lo ocurrido en Azsa es propio de una empresa bananera».