Myriam MANCISIDOR

«El problema de la contaminación atmosférica sigue enquistado en la comarca avilesina a pesar de la disminución de la producción industrial y del descenso del tráfico», sentenció ayer Fructuoso Pontigo en representación del Colectivo Ecologista de Avilés, que hizo público el balance de polución correspondiente a 2012. Los «verdes» avilesinos analizan en clave negativa los datos a los que tienen acceso: partículas en suspensión (PM10), dióxido de azufre y benceno; todos ellos en varios momentos del año estuvieron por encima de las medias recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). «El Principado oculta desde hace años los datos de las estaciones de control de las empresas privadas, que dan el triple de niveles que las públicas, lo que impide hacer un balance más acertado de la contaminación», lamentan los ecologistas.

Critican, además, al Gobierno regional por «falta de trasparencia». «Un ejemplo de cómo falsean las cifras de contaminación es el cambio de la estación del Puerto de Avilés a la parte de atrás de la Casa de Prácticos, una zona escondida de la actividad portuaria», señalan. Pese a las cifras que manejan los ecologistas, el gobierno local niega la mayor basándose en los datos del Principado y en el informe de Evaluación de la Calidad del Aire. El desfase de cifras se debe, según los ecologistas, a que ellos aplican el factor de corrección de 1,2 a las partículas PM10, tal como exige el Ministerio de Medio Ambiente y de acuerdo a las conclusiones del grupo de trabajo de la Comisión Europea sobre partículas atmosféricas en suspensión. El Principado, por contra no aplica ese factor desde 2006 «de manera intencionada para reducir los valores que indican las estaciones de control».

A juicio de los ecologistas, el Gobierno regional y el Ayuntamiento de Avilés deben asumir sus responsabilidades ante esta situación derivada, a su manera de ver, de un tráfico excesivo que debería regularse y a determinadas industrias, precisan, con unas instalaciones que no reúnen los requerimientos ambientales adecuados. «No es tiempo de buenas declaraciones, es hora de aplicar la normativa de calidad del aire vigente que establece la obligación de elaborar planes de actuación para reducir la contaminación y prevenir y evitar afecciones a la salud de la población», concluye el informe del Colectivo Ecologista.