Myriam MANCISIDOR

Cristina Suárez rompió en lágrimas cuando faltaban diez kilómetros para la meta, a la altura del puente romano de Cangas de Onís y cuando ya podía imaginar el recibimiento en Covadonga. Suárez y su marido, Anthony Hecht, ambos vecinos de Salinas (Castrillón), se propusieron hace ya meses el reto de protagonizar una carrera solidaria de Gijón a Covadonga con una objetivo claro: recaudar fondos a favor de la investigación de la artritis idiopática juvenil y dar a conocer esta enfermedad crónica y autoinmune que sufre su hija Ilana, de seis años, desde los veinte meses.

«El reto fue impresionante y duro, pero realmente emocionante», manifestó ayer Suárez, que ahora se recupera del esfuerzo físico. La pareja recibió durante el camino el apoyo de corredores profesionales y aficionados. «Durante el recorrido y sobre todo en los últimos kilómetros pensé mucho en mi Ilana y en tantos niños que sufren por culpa de esta enfermedad, sobre todo cuando no está bajo control. Lo que ellos pasan no es nada comparado con nuestro cansancio por correr», explicó Cristina Suárez.

Los castrillonenses llegaron a Covadonga arropados por amigos y por familiares, también por sus hijos, entre ellos Ilana. «Le llevamos a la Santina una camiseta de nuestra asociación -moving4-», manifestó Cristina Suárez, que destacó que el fin último de estos retos no es otro que recaudar fondos para la investigación. En lo que va de año, explicó, la familia ha conseguido 12.526 euros que se destinarán a dos becas de investigación en artritis idiopática juvenil, una de ellas gracias a la colaboración de Abbvie. «Ilana ha tenido suerte de dar con varios tratamientos que controlan su enfermedad pero hay niños que no tienen la misma suerte y por ellos merece la pena seguir luchando», concluyeron.