Overo, Illán GARCÍA

El 5 de septiembre de 1909, Juan Olivert Serra realizó en Paterna (Valencia) el primer vuelo a motor en España. El mismo día y a casi 600 kilómetros de la localidad valenciana nacía en Dueñas (Palencia) Pilar Mínguez Salas, una de las vecinas más longevas de la comarca. Esta palentina cumplió ayer 104 años, sopló las velas colocadas sobre una tarta de almendras y esbozó una sonrisa que demuestra que su vida, pese a contar con momentos tristes, ha sido feliz. Ama de casa ya retirada, vive en Overo con su hija, Pilar Palenzuela, y su nieta, Pilar García «Cuca». Ambas la acompañaron ayer en una una celebración muy especial a la que no quisieron faltar amigos de la familia como Manolo Sánchez y María del Mar López. «La verdad, mi hija me trata como una reina», comentó Pilar Mínguez.

La abuela corverana pasó más de media vida en su Dueñas natal aunque durante las últimas décadas ha vivido en el concejo: primero en Las Vegas y desde hace unos siete años en Overo. «Yo era muy conocida en Las Vegas, salía mucho, no estaba en casa encerrada, iba mucho al centro de mayores a jugar al tute y a cantar las cuarenta», relató la centenaria palentina, que hasta hace poco más de un lustro seguía acudiendo al supermercado a comprar el pan. «Jugaba a las cartas con Argentina, María del Mar, Sabinina y Aurora, siempre jugué con mujeres nunca con paisanos», resaltó.

Nacida en la calle El Andrajo, actualmente conocida como La Bondad, la «güela» de Corvera siempre ha desbordado alegría por los cuatro costados. No toma medicinas. «Bueno, sí, una pastillina para dormir», apostilló esta mujer casada con el también palentino Pablo Palenzuela, un ferroviario fallecido hace unos veinticinco años. «Si había que comprar una caña de hilo me iba en tren a Valladolid y lo mismo si había que comprar ropa, me encantaba el tren, entonces no me dolían las piernas», explicó la centenaria, que dice conocer a la perfección todas las calles de Las Vegas, pero no así sus nombres.

La centenaria desborda alegría por los cuatro costados y pese a la coincidencia de su nacimiento nunca se ha subido a un avión. Eso sí, Pilar Míngues es un todo un «motor» con una salud de hierro, que todavía tiene muchas historias que contar.