Un lazo rosa simboliza el Día Mundial contra el Cáncer de Mama, que se celebra hoy 19 de octubre. Un día y un lazo que pretenden concienciar a la sociedad y a las propias mujeres sobre un tumor que cada año es diagnosticado en España a 22.000 nuevas mujeres. El cáncer de mama es la primera causa de muerte entre mujeres de 45 a 60 años en nuestro país.

Un día para reflexionar sobre cómo mejorar la vida de las mujeres que están a tratamiento, para insistir en voz alta en la importancia de la detección precoz, en los avances en los tratamientos -si se diagnostica a tiempo las tasas de supervivencia son muy altas-, en los factores de riesgo que hay que tener muy en cuenta y en las necesarias revisiones ginecológicas periódicas.

Un día también para la lucha frente a las pretensiones del Gobierno de España de establecer el copago para los medicamentos dispensados en las farmacias hospitalarias a pacientes no ingresados, que dejarán de ser gratuitos. Entre estos medicamentos se encuentran los fármacos para el cáncer.

La ministra Ana Mato dijo en su día que el copago por receta era disuasorio, para frenar el consumo abusivo de medicamentos. Y yo me pregunto ¿cómo pretende justificar o disuadir a una mujer que sufre cáncer de mama para que no tome un quimioterápico?

Las organizaciones de pacientes ya han advertido que este copago puede resultar muy elevado. Se trata de terapias que se administran en un largo periodo de tiempo, que incluyen varios fármacos con diversas tomas diarias a los que hay que añadir otros medicamentos adicionales, que también hay que pagar, para paliar los efectos secundarios. Por eso, cuando se dice de que se trata de un pago del 10%, con un valor máximo de 4,13 euros no se esta diciendo toda la verdad ya que el coste acumulado puede ser muy elevado.

El Gobierno del Principado de Asturias ha manifestado ya su intención de no aplicar este copago. Sin embargo, el Gobierno Central se mantiene firme en su propósito, como si no fuera ya suficiente con padecer esta enfermedad.

Me gustaría recordar la situación de desigualdad que padecemos las mujeres, la brecha salarial, pensiones más bajas o la femenización de la pobreza. Circunstancias que van a suponer que muchas mujeres podrían verse obligadas a abandonar sus terapias.

Tenemos que ser conscientes de las amenazas y de los retrocesos efectivos que se están produciendo en nuestra sociedad y os llamo a todas a participar en este día de reivindicación frente a una medida tan injusta.