Dos años en bicicleta, pedalada a pedalada, hasta recorrer toda la costa africana. Este es el nuevo reto del avilesino Juan Luis Tuñón Martínez, un enamorado de las dos ruedas y enganchado al descubrimiento de nuevas culturas que ya ha cumplido uno de sus sueños: recorrer en bici los más de 23.000 kilómetros que separan Avilés de China y hacer lo propio por el continente americano. "Este será mi tercer gran viaje y creo que será el más difícil de los que he hecho hasta ahora. Pasaré momentos duros, pero algo dentro de mí me dice que tengo que hacerlo, es mi destino", relata. Su listón está cada vez más alto. Por delante le esperan 40.000 kilómetros y 730 días con sus correspondientes noches por más de una treintena de países del continente olvidado.

Tuñón, de 40 años y que se dedica al diseño de páginas de internet, se enganchó en 2009 al turismo sobre dos ruedas tras realizar el Camino de Santiago. "Trabajaba en una oficina y cada año hacía el Camino desde un punto más lejano. El primer año hice el francés, entre Roncesvalles y Finisterre, y los años sucesivos desde Sevilla y Ámsterdam", explica. El despido del que era su puesto de trabajo y el consecuente finiquito le dieron el impulso definitivo para pedalear por América: tiempo y algo de dinero. El viaje comenzó en Ushuaia (Argentina) el 16 de diciembre del 2010 y terminó el 31 de julio en Prudhoe Bay (Alaska), una aventura en la que el avilesino recorrió 28.500 kilómetros y quince países: Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala, México, Estados Unidos y Canadá por la costa del Pacífico.

Después vino "Euroasiátika", un viaje en bicicleta de 23.000 kilómetros por la Ruta de la Seda en la que Tuñón pedaleó por España, Francia, Italia, Eslovenia, Croacia, Bosnia, Montenegro, Albania, Grecia, Turquía, Georgia, Azerbaiyán, Kazajistán, Uzbequistán, Kirguistán, China y Portugal (el vuelo de regreso aterrizó en el país luso).

Este avilesino de La Magdalena viaja con un presupuesto ajustado. En su aventura asiática gastó una media de diez euros al día, y confía en que la africana sea más económica en cuanto a los gastos diarios (comida y alojamiento). "En cambio tendré que gastar más en otras cuestiones, como en los visados. Necesitaré una treintena, a una media de cincuenta euros cada uno. También haré un seguro de viaje para cubrir los principales problemas con los que me pueda encontrar", añadió.

Tuñón pretende comenzar su tour africano en el primer trimestre del próximo año. Parte con la intención de llevar material para grabar una película o documental con la experiencia, y también escribir sobre ella. No es la primera vez que recoge sus vivencias en bici en un libro. En la web en la que publicita sus viajes tiene a la venta un archivo en pdf: su historia y las de muchas de las personas con las que se encontró en la ruta Avilés-Shanghai.

Este viajero empedernido no conserva más que buenos recuerdos de sus últimas aventuras. "El mundo está lleno de buena gente, me he encontrado con gente maravillosa en América y Asia. Europa, en cambio, no me gusta. La gente es desconfiada, temerosa", asegura.

El peor trago lo pasó precisamente en uno de los países que también le dio una de las mayores alegrías: Chile. En el país andino le sorprendió un terrenoto de 8.9 grados cuando estaba acampado en una playa en la zona de Pelluhue en marzo de 2010. Perdió todo salvo la cartera, que afortunadamente guardaba en el bolsillo del pantalón. "Haber sentido la fuerza y el poder de la naturaleza es algo que no podré olvidar. Una empresa chilena me regaló una bicicleta tras conocer que estaba recorriendo América y que me había quedado sin nada en el terremoto. Los chilenos y los colombianos son gente maravillosa", explicó.

El avilesino ultima los preparativos para su nuevo proyecto, "La Panafrikana". "A mis cuarenta años no tengo ni hipoteca, ni mujer, ni hijos, ni coche pero sí tres bicicletas. A día de hoy no me arrepiendo de la decisión que estoy tomando: viajar, volver para ahorrar trabajando con las páginas de internet y volver a coger la bici por el mundo. Quizás en un futuro me arrepienta, mi padre dice que lo mío es de psicólogo, pero para mí vivir es esto", concluye.