"Los belenes son una seña de identidad de la Navidad en Avilés", señala Lolo Solís, coordinador de la exposición colectiva que hasta el día seis de enero puede visitarse en la calle Llano Ponte, 6. En esta muestra, integrada en la llamada ruta de los belenes de la que forman parte nacimientos de la comarca -tanto de iglesias y parroquias como de centros sociales, asociaciones de vecinos, ayuntamientos o particulares-, puede contemplarse una amplia variedad de estilos. Desde los tradicionales ambientados en Palestina hasta los populares -realizado con figuras de Play Mobil y centrado en el espacio, de temática asturiana o de connotaciones infantiles-, la exposición pretende ser un escenario en el que dar a conocer propuestas diversas, "cada una con su propia técnica pero en conjunto manteniendo una armonía y una idea de composición", señala Lolo Solís.

Este belenista, autor de tres de las doce escenas que se exponen, una en miniatura y dos tradicionales y que incluyen figuras de la escuela de Olot (Gerona), uno, y del artesano José Luis Mayo Lebrija, el otro, lleva quince años dedicando una parte de sus vacaciones al montaje de la exposición que inició su andadura en el palacio de Ferrera tiempo antes de la apertura del hotel que lo ocupa en la actualidad. Tras dos años en este marco, en pleno corazón de la ciudad, pasó a la antigua iglesia de Sabugo, donde permaneció trece años consecutivos para, en esta edición, trasladar su ubicación a la calle Llano Ponte.

El actual escenario es más pequeño que el templo románico, lo que ha obligado a los autores de las escenas a reducir el tamaño de las mismas. Éstas tienen un metro de fondo y hasta un máximo de tres metros de largo. La luz es otro de los aspectos que se ha visto afectada con el cambio de ubicación, ya que el local carece de ventanas y, por tanto, de iluminación natural.

Uno de los belenes que forman parte de la exposición pertenece al Ayuntamiento de Avilés. Su composición corre a cargo de Pepe Espiña desde hace más de una década. En la línea de ediciones anteriores, este año, el artista local ha situado la escena en el Avilés medieval que tanto le gusta y, concretamente, ha optado por la Puerta del mar para recrear la estampa navideña. Entre otros elementos que ha incluido se encuentra la torre del palacio de los Alas.

Las figuras que integran este belén municipal son propias del Ayuntamiento. Espiña no las utiliza todas, ha hecho una selección si bien las elegidas suelen repetirse cada año ya que se decanta por las más destacadas, algunas de Olot. En este trabajo confiesa invertir aproximadamente veinte días y en su ejecución utiliza materiales dóciles de manejar como el porexpan.

Pepe Espiña califica de tradición de gran arraigo en Asturias el montaje de los belenes, tanto en el ámbito privado -"lo que supone una ilusión para toda la familia, en especial para los niños"-, como en el público, y considera que no ha perdido su carácter religioso.

En su defensa de los belenes, apoya tanto los clásicos como los populares y más imaginativos "que siempre enriquecen", dice. En este sentido, considera que "el belén admite de todo. Hay que dejar la imaginación a libre albedrío. En el momento de encajar el misterio o una representación del nacimiento de Cristo, todo lo demás tiene cabida", añade. Por ello, valora muy positivamente la presencia de diferentes estilos en las escenas que acoge la muestra de Llano Ponte y que forma parte de la ruta de los belenes de la comarca. "Ofrecen otra visión, muy diferente a la tradicional; no son algo monótono", subraya. Califica la muestra de "completa" al reunir desde belenes especialmente dirigidos a los niños, como los realizados por los alumnos infantiles de la Escuela Municipal de Cerámica, o el de Jorge Calzón. Igualmente, ensalza el de los estudiantes de bachillerato artístico del instituto Menéndez Pidal -"una forma de hacer arte"-, o el de tema asturiano de Teófilo García. Espiña lanza palabras llenas de elogio hacia el conjunto que puede visitarse todos los días, por la mañana, de 11 a 14 horas, y de 17 a 22, en horario de tarde-noche. La entrada es libre y gratuita.

"Creemos en este proyecto y pretendemos que crezca", manifiesta Lolo Solís, impulsor de esta idea que nació tras montar junto a otras personas dos colecciones en una casa y ver cómo la familia y los amigos desfilaban por la vivienda para contemplar el belén. "Empezamos tres y ahora somos ocho colectivos", comenta.

Los diferentes estilos no rompen la armonía del conjunto de la exposición, a juicio de Solís, que aconseja "mirar independientemente cada escena para al final valorar la muestra en su conjunto".

El nivel de aceptación de esta exposición y las propuestas que han realizado los diferentes colectivos que han abierto sus puertas para presentar sus belenes es muy alto, reconoce el belenista. "Viene mucha gente de fuera para verlos", indica al tiempo que anota lo poco habitual que resulta encontrar colecciones agrupadas como las de Avilés.

En España, reconoce, existe una gran tradición belenista y persisten numerosas asociaciones que realizan actividades a lo largo de todo el año, no sólo durante las Navidades. De hecho, apuntó el coordinador de la muestra avilesina, en 2015, Oviedo acogerá el congreso nacional belenista después de que la Federación Nacional eligiera a la Asociación Belenista de Oviedo que preside Eulalia Nacimiento para organizar esta reunión. "Desde Avilés participaremos en este encuentro con algunas figuras", señaló.