La Venia triunfó ayer en Luanco a ras de suelo. La lluvia, que se preveía que cayese durante la mañana en la villa marinera, no hizo acto de presencia y el tradicional encuentro entre la Virgen y Jesucristo Resucitado consiguió brillar en la playa de La Ribera bajo un cielo encapotado. Los cientos de vecinos y turistas que allí se congregaron aplaudieron al abanderado, César Rodríguez, que por cuarto año consecutivo movió el pendón rojo de la Cofradía de pescadores de Luanco con gran maestría. Rodríguez, que aguardó sobre la arena la llegada de las imágenes protagonistas del Domingo de Resurrección, se colocó en medio de la playa, como es tradición, y dio varios pasos cortos hasta comenzar a girar la bandera a ras de suelo, pero sin llegar a tocar la arena. Esta acción se interpreta como señal de éxito en la pesca para el pueblo luanquín.

La procesión comenzó pasadas las doce y media de la mañana en medio de una marea de flashes de cámara que aportaron luz al encuentro. El primer paso en llegar a La Ribera fue el de Jesús Resucitado, que partió minutos antes de la iglesia de Santa María. Casi al mismo tiempo lo hizo el de la Virgen, que con el rostro oculto bajo un velo negro, salió de la Capilla de La Concepción. Una vez en la arena, ya con las imágenes encontradas, César Rodríguez realizó tres genuflexiones entre ambas figuras y ondeó la bandera varias veces.

Tras el tercer giro del pendón, se dio la orden de retirar el manto negro a la Virgen, aún de luto, para ver a su Hijo Resucitado. Fue en ese momento cuando se produjo la denominada "venia", que viene acompañada del toque de sirena de los barcos que anuncian que el acercamiento entre Madre e Hijo ya se ha producido. A continuación, la banda de música de San Martín del Rey Aurelio, habitual en esta cita, entonó el himno de España, una pieza ya clásica en esta procesión de toque marinero que data del siglo XVIII. Después, ambas comitivas se dirigieron hasta la iglesia de Santa María, donde se celebró una misa que puso el broche final a la Semana Santa luanquina.