Más de 800 trabajadores de las plantas de la aluminera Alcoa en Avilés y La Coruña se ven con un pie en la calle a partir del próximo 1 de enero. La multinacional anunció ayer por la mañana a los comités de empresa de sendas fábricas, las dos de la división de aluminio primario, el inicio de los gestiones para emprender un despido colectivo tras el resultado de la subasta de interrumpibilidad para grandes consumidores industriales. El mensaje es claro: "A partir del 1 de enero las fábricas de Alcoa de Avilés y La Coruña son absolutamente insostenibles". El anunció cayó como una bomba entre la plantilla, que acto seguido se concentró ante la fábrica y anunció una acampada ininterrumpida; y también en el ámbito político y sindical, desde donde exigen, unánimes, la retirada del procedimiento de despido de la multinacional y que el Gobierno central diseñe con urgencia una política energética estable y a largo plazo. La cuenta atrás para el cierre de Alcoa en Avilés se ha activado.

La comarca avilesina empezó a temblar el lunes de la semana pasada, cuando la multinacional advirtió de que el resultado de la subasta del incentivo eléctrico (en la que Alcoa se quedó en blanco para las plantas de Avilés y La Coruña) ponía en la cuerda floja sendas fábricas de aluminio primario. Tan solo una semana después se confirmaron los peores presagios. La dirección de las fábricas de Avilés y La Coruña convocó a los comités ayer a mediodía. Los representantes de los trabajadores recibieron una carta de la directora de Alcoa España, Rosa García Piñeiro, en la que les comunicaba el inicio de las negociaciones para un despido colectivo de extinción de sendas fábricas. La palabra "cierre" dejó de ser innombrable. El propio consejero de Industria, Graciano Torre, reconoció que el comunicado significa el cierre o la venta.

Políticos y sindicatos urgieron como solución provisionl en los últimos días la convocatoria de una segunda subasta del incentivo eléctrico para las grandes compañías consumidoras de electricidad, que confirmó el ministro José Manuel Soria (su fecha y condiciones no han trascendido).

Pero el encarecimiento de la factura eléctrica no es ni mucho menos el único escollo de la aluminera para mantener estas fábricas. La subasta de interrumpibilidad es más bien la gota que colma el vaso, según se desprende del mensaje que trasladó la compañía a los trabajadores, como ha ido informando en los últimos días este periódico. "La falta de servicios de interrumpibilidad, unido a la tecnología menos eficiente y a la menor capacidad de producción, hacen que las fábricas de Avilés y La Coruña no puedan producir aluminio a un precio competitivo. Antes de tomar esta decisión se han estudiado en profundidad todas las soluciones posibles, pero las plantas de Avilés y La Coruña se encuentran entre las más vulnerables a un cambio drástico en la pérdida de la energía dada su tecnología, menor tamaño y capacidad de producción así como por su alto nivel de dependencia de la electricidad para producir", recoge el comunicado de la presidenta de Alcoa España, Rosa García Piñeiro.

¿Pero en qué numeros se traduce el alarmante mensaje de la multinacional? El precio para producir una tonelada de alumino primario en Avilés se encarecerá en más de 500 euros a partir del 1 de enero, según fuentes empresariales: pasará de unos costes de producción de 1.750 euros a 2.270 euros. Y la factura de Alcoa de España es un 50% más cara que en otros países europeos donde cuenta con plantas de aluminio primario.

Flores y flores lanzaron los directivos de Alcoa sobre la fábrica de Avilés en 2009, con motivo de la celebración de las bodas de oro de la planta aluminera, que se erigió en 1954 sobre las marismas de San Balandrán. Decían entonces -la producción se había reducido ya un 20% por la crisis- que la fábrica de Avilés era la mejor del mundo en cuanto a la aplicación de tecnología Söderberg. Lo que omitieron es que la multinacional se estaba desahiendo ya de las fábricas que utilizan esta tecnología. Según datos de la propia Alcoa, de las 62 plantas Söderberg que poseía en 2009 ahora sólo quedan 13, dos de ellas las de Avilés y La Coruña. La de San Ciprián es más eficiente. Alcoa cifra en 93.000 y 87.000 toneladas la capacidad de producción de Avilés y La Coruña, respectivamente. En la actualidad producen en conjunto 74.000 toneladas métricas menos de su capacidad.

La compañía cifra en 100 millones las pérdidas en los últimos 5 años en las dos plantas

A la multinacional no le salen los números. Alcoa cifra en 100 millones de euros las pérdidas de explotación en Avilés y La Coruña en cinco años. La compañía asegura haber "analizado en profundidad todas las soluciones posibles" antes de dar el primer paso al cierre con el inicio de la negociación de los despidos (en Avilés emplea a 414 trabajadores, a los que hay que añadir más de 200 empleados de auxiliares e inducidos). La multinacional lleva tres años "buscando opciones y soluciones". En los últimos meses cerró con el fondo de inversión Atlas Holding la venta de Amorebieta y Alicante (también la francesa de Castelsarrasin), todas ellas de la división de productos laminados. Ayer mismo anunció venta de fábricas en Jamaica y Estados Unidos. El panorama es desolador. De las nueve fábricas que poseía Alcoa en España en 1998 mantiene tres, y dos de ellas al borde del precipicio.

La empresa asegura que durante el periodo de consultas, que comenzó ayer, "se estudiarán las opciones que se presenten, como acudir a la segunda subasta". Pero la pujasólo permitirá poner un nuevo parche durante un año, cuando la multinacional ya ha advertido que necesita "un precio de energía competitivo y predecible en el tiempo para que sus fábricas sean viables". Una reforma profunda del sistema no es cuestión de 30 días.

"Estamos ante un ataque directo a los trabajadores que en los últimos años han asumido con entereza y responsabilidad los ajustes necesarios para el mantenimiento de la actividad aluminera en la comarca", protestó CC OO de Asturias tras el anuncio de la dirección de Alcoa. Y es que el encarecimiento del precio de la energía (en 2012 ya hubo amenaza de deslocalización), los recortes derivados de la crisis y la avería en la subestación eléctrica de 2010 han mantenido en vilo a los trabajadores de la aluminera en los últimos años.

Los empleados acampan frente a las instalaciones como medida de presión de cara a la reunión del jueves en Madrid entre la multinacional y los sindicatos. Y la luz roja se enciende en la industria. Asturiana de Zinc (Azsa) y Arcelor-Mittal también son consumidoras intensivas de electricidad y la siderurgia española alerta de que la política industrial amenaza el futuro del sector, de vital importancia para la economía de la región. Asturias tiembla.