Miguel Ángel Villalba, expresidente de ASIA y exconcejal de Avilés, reveló ayer ante la juez que instruye la "trama del agua" (referida a un presunto caso de delitos de tráfico de influencias, fraude y exacciones ilegales vinculadas a la empresa Aquagest) su sospecha de que existían intentos de adjudicar el servicio de aguas de Avilés a otra empresa que acudió al concurso y que no era Aquagest. Según manifestó su abogada, la letrada Concepción Trabado, existieron "ciertas presiones tanto de concejales como de la empresa que pretendía ser ajudicataria". Según la defensa de Villalba, el objetivo del presidente de ASIA fue, precisamente, velar por la legalidad del concurso "y que se siguieran los criterios de la mesa de contratación".

"Al final la adjudicación terminó dándose a Aquagest, que era la oferta que suponía 10 millones más para el concejo, la obligatoriedad de que tuviese su sede en Avilés y que generaba puestos de trabajo", indicó Trabado. Villalba negó que la adjudicación le supusiese ningún lucro personal. "Quedé satisfecho en la forma en que quedó el servicio contratado hacia el municipio", aseguró.

Las supuestas "presiones" para otorgar el servicio a otra empresa que finalmente no resultó adjudicataria forman parte, según la defensa de Villalba, de las razones por las que el grupo municipal de ASIA se rompió en enero de 2009 con la marcha de dos de sus concejales: "El hecho de que hubiera dos tránsfugas se debió, entre otros motivos, a que algún concejal de ASIA decidió no acatar las decisiones del partido", apuntó Trabado.

"El partido de Villalba (ASIA) fue vigilante para que se siguiesen estrictamente en la adjudicación los criterios y baremaciones de la mesa de contratación", apuntó Trabado. Eso condujo, según la versión de Villalba, a que la gestión del servicio de aguas acabase en Aquagest, que no era la empresa que ejercía las supuestas presiones, lo que supuso "diez millones de euros más para Avilés, instalaciones de la adjudicataria en la ciudad y puestos de trabajo". La defensa de Villalba recalcó que el criterio de cuál era la mejor oferta vino predeterminado por la mesa de contratación, sin que hubiese más intervención política que la votación en el Pleno para ratificar esa oferta. "Las presiones llegaron hasta el punto de querer solicitar otro informe a la Universidad de Oviedo", indicó Trabado, quien recalcó que su cliente es inocente y confió en que quedará exculpado durante el proceso judicial. Villalba además señaló ante la juez que el voto de ASIA "no fue determinante" y que la adjudicación a Aquagest fue "legal y transparente, ya que hubo gran supervisión por parte de la mesa de contratación" y de su grupo político, ante las sospechas que tenía de que estuviese predeterminada la adjudicación a otra empresa.

En la que fue su primera declaración ante la jueza del caso, Villalba sólo respondió a preguntas de su abogada. Concepción Trabado señaló que Villalba "ha dejado clara su actuación en el proceso de la privatización del agua, en el que no se ha enriquecido". Y dijo que tanto sus votos en el proceso como su participación política fueron "como venía en su programa, a favor del beneficio de la ciudad de Avilés", por lo que el servicio se adjudicó "a la oferta más ventajosa, tanto económicamente como en la generación de puestos de trabajo en infraestructuras en el Ayuntamiento de Avilés". Concepción Trabado confió en que se pueda probar la inocencia de la familia Villalba. Tanto la hermana del expresidente de ASIA como su madre están imputadas.