Las aventuras de Marco Polo marcaron la vida de Pedro Gilthoniel. Al igual que el mercader y viajero italiano, este madrileño afincado en Luarca es un apasionado de Asia. Ha viajado por este continente bajo cuatro normas autoimpuestas: no usar el avión, ni el móvil, ni la cámara de fotos ni internet, "de forma respetuosa, para vivir y escuchar", señalaba ayer minutos antes de ofrecer una charla en la Escuela de familias del IES La Magdalena en la que relató sus experiencias docentes en pequeños pueblos de Asia.

Allá donde va, este profesor de inglés y de español para extranjeros hace uso del tradicional sistema de trueque. "Llego a una escuela rural, me presento al profesor y ofrezco mis servicios docentes a cambio de alojamiento y comida", explica. De esta forma ha visitado Japón, Mongolia, Tibet, Nepal y el norte de India. "La gente es amable y trata al huésped con mucho honor, más si es extranjero", dice quien en lugar de ensalzar los atractivos de estos países resalta a las personas que conoció y la confianza recibida: "son lo más bello que he visto".