La partida de 160.000 euros prevista para la renovación del césped artificial de Balbín servirá también para la mejora de los vestuarios de Miramar, el campo de fútbol municipal donde juega el Marino, según explicó hace unos días el presidente del club, Luis Gallego, que reclamó la urgente reparación de estas instalaciones en una reunión mantenida con el alcalde, Ramón Artime, y con el concejal de Hacienda, Salvador Fernández. "En los últimos 31 años sólo se invirtieron dos millones de pesetas (12.000 euros) en acondicionar las instalaciones de las cuales, 600.000 (3.600 euros), se invirtieron en reparar el techo de la oficina", aseguró el presidente marinista que espera como agua de mayo la reparación de estas infraestructuras, que calificó de "tercermundistas" para un equipo que milita en la división de bronce del fútbol español.

La intención de Luis Gallego es que las obras de renovación de los vestuarios de Miramar comiencen en los meses de junio y julio para no entorpecer así el desarrollo de las competiciones deportivas. Lo mismo reclama para la renovación del césped artificial de Balbín, donde entrenan las categorías inferiores del Marino y el Gozón Club de Fútbol.

Por el momento, la inversión en Balbín no está clara. Según Luis Gallego, el Ayuntamiento duda entre renovar completamente el terreno de juego o bien colocar uno nuevo sobre el actual. "Hay campos de fútbol asturianos en los que se colocó un nuevo césped encima y está dando buenos resultados, según me comentaron en la federación asturiana", explicó el presidente marinista.

En cuanto a los vestuarios, Gallego teme que "caigan abajo" cualquier día. Ante esta situación de peligro reclama la reparación urgente. "Se trata de una obra muy necesaria y quiero que se ejecute cuanto antes porque cuando me vaya del Marino quiero que todo esté en las mejores condiciones posibles", concluyó el presidente marinista.

El Miramar acumula problemas y mala suerte. Al mal estado de los vestuarios se suma el robo de 1.100 metros de cableado eléctrico en poco más de un mes. El partido que enfrentó a los marinistas con el Coruxo de Vigo el día once de enero en Luanco se quedó a media luz a causa del robo de setecientos metros de cable. Pero esta situación se agravó a mediados del pasado mes de febrero ya que una nueva sustracción terminó con otros cuatrocientos metros de cable "desaparecidos" y la rotura de la puerta de una de las torretas eléctricas. En aquel entonces, Luis Gallego calculaba que reponer el sistema eléctrico del campo de fútbol gozoniego llegaría a costar unos 25.000 euros.