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El velódromo pone en riesgo la integridad de los ciclistas

El deterioro de la instalación preocupa a los clubes y a los aficionados, que dicen sufrir accidentes a menudo

Un niño rodando en el velódromo. RICARDO SOLÍS

El deterioro del velódromo de Avilés, sito en San Cristóbal, preocupa a los ciclistas que entrenan en la instalación. El terreno se hunde y hace ya algunos años que presenta una importante grieta que está señalizada por conos, lo que implica el estrechamiento de la pista de rodadura y el consiguiente peligro de paso por el lugar, en especial si lo hacen varios ciclistas a la vez.

Fuentes municipales aseguran que desde principios de año los técnicos están haciendo catas para conocer el alcance del hundimiento de uno de los peraltes. Entre tanto, hay ciclistas que dicen abandonar la pista magullados -por las caídas- a pesar de que lo que buscan en este recinto es, precisamente, la seguridad que no hallan en la carretera.

El velódromo dispone de dos baños, un almacén y una pequeña sala de reuniones y según la versión municipal, las tareas de limpieza, segado y alumbrado las llevan a cabo empleados municipales; sin embargo, varios ciclistas disienten. Alberto García, usuario de la pista, afirmó: "El estado del piso es pésimo, hay grava y piedras". El historial de quejas por parte de los usuarios aumenta con el paso del tiempo. Darío Alonso, exmiembro del grupo ciclista Construcciones Paulino, aseveró: "Cuando entrenaba en el velódromo el servicio de limpieza brillaba por su ausencia, nos encontrábamos cristales y basura en medio de la pista". Y Nacho Álvarez, también usuario, añadió: "El mantenimiento es inexistente. Los pinchazos se suceden a diario".

Pinchazos, caídas, abandono, suciedad y lesiones. Eso es lo que se denuncian, en suma, los aficionados y clubes ciclistas usuarios del velódromo.

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