El Ayuntamiento hará frente al pago de facturas de comidas protocolarias que un hostelero presentó por registro el pasado 31 de julio pese a que los recibos están fechados en 2010 y 2011. Eso sí, el empresario recibirá una cantidad que será igual a la deuda que mantiene por la ocupación de suelo para la instalación de terrazas. "En una próxima comisión informativa analizaremos a cuánto asciende el importe que el hostelero adeuda por las terrazas para abonarle esa misma cantidad en concepto de comidas", explicó ayer el alcalde, Jorge Suárez (PSOE), horas después de la reunión mantenida con el resto de grupos municipales para analizar este polémico asunto. Sin datos encima de la mesa, todo apunta a que el empresario perderá parte de los 10.000 euros que figuran en las facturas.

Suárez cuestionó además que esas facturas podrían haberse pagado en su totalidad si "se hubieran presentado en tiempo y forma". "Todo se debe a una mala praxis del anterior gobierno y me temo que era una práctica habitual mediante la cual se establecían acuerdos entre el proveedor y los respectivos alcaldes del PP sin facturas de por medio", señaló el regidor, que tildó de "chapuza" el polémico asunto de las facturas por comidas protocolarias durante los años 2010 y 2011.

El PP manifestó que "el problema estaría solucionado si se hubieran presentado las facturas en su debido momento". "Hay que tener clara una cosa, la administración nunca va a ir a buscar al proveedor para abonar sus facturas", indicó el portavoz del PP, Ramón Artime. IU planteó la posibilidad de que el Ayuntamiento no abonara esas facturas al considerar que estaban prescritas. "Hubo un error del PP por falta de retención de crédito y un mal proceder del hostelero", indicó César Fidalgo, edil de IU.