La torre del Niemeyer está en obras a causa de unas filtraciones de agua que se vienen sucediendo desde hace meses y que provocan frecuentes daños en el ascensor. Estos trabajos han motivado el cierre temporal del restaurante, mientras duran los trabajos. Pero también han supuesto un nuevo motivo de malestar para los hosteleros que gestionan el servicio. "Tenemos parada la actividad, y ya antes recibíamos constantes anulaciones, desde que hace dos semanas se estropeó el ascensor", apuntó Laura Martínez. Sin embargo, la gerencia del Niemeyer replicó simplemente que se les preguntó a los hosteleros cuándo querían que empezaran los trabajos. Se da la circunstancia, además, que Martínez sostiene que los planos de la torre no se corresponden con lo realmente construido, de ahí que sea más complicado averiguar el origen de las filtraciones, extremo que la dirección afirma desconocer.

Según el relato de Martínez, el ascensor (que se estropea con frecuencia) dejó de funcionar la semana del Holi Party. "Hay una fuga de agua de origen desconocido. Se nos atasca la pileta de la cocina y el agua pasa al ascensor, y al caer por el hueco hace que no funcione", explica la hostelera. Su abogado envió un correo a la dirección para advertir de que reclamarían daños y perjuicios por las pérdidas que les causaba no disponer de ascensor. Y la respuesta fue que comenzarían las obras cuando los hosteleros decidiesen. "Yo contesté que inmediatamente. Finalmente comenzaron esta semana".

La supuesta discordancia de los planos con las instalaciones reales hace, según Martínez, que reparar la filtración sea más complicado. "Los trabajadores están dando palos de ciego. Nos pasó lo mismo con el aire acondicionado, nadie sabe dónde está, y según los planos, donde hay una cocina supuestamente tendría que haber una barra de bar". Estos problemas se suman a otra larga lista de deficiencias que los hosteleros vienen criticando desde hace meses: ventanas que se rompen y que no aíslan bien de la lluvia, sumideros con demasiado poco diámetro como para mantener en funcionamiento una cocina industrial que provocan frecuentes atascos...

"Para mañana (por hoy) teníamos el comedor prácticamente lleno, y ahora tengo que anular las reservas", lamenta Laura Martínez. Las quejas de los hosteleros son constantes, y también es evidente el malestar de la Fundación del Niemeyer con los gestores del servicio. Ambas partes, de hecho, se reclaman cantidades y el conflicto está a punto de llegar a los tribunales. La Fundación reclama 40.000 euros (en concepto de los cánones acordados que hasta ahora no han sido satisfechos), y los hosteleros consideran que le deben 30.000 euros por la reparación de las deficiencias constantes en las instalaciones.