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Vacunarse contra los mitos

José Ignacio Pérez Candás, presidente de los pediatras de atención primaria, echa por tierra algunas de las mentiras que rodean a las vacunas

La enfermera Astrid Suárez pone una vacuna en el Quirinal. RICARDO SOLÍS

"El mayor aporte a la pediatría han sido las vacunas. La vacunación masiva y gratuita es uno de los grandes éxitos de la sanidad, en la línea de la higiene de las aguas o el alcantarillado. Gracias a ella, en Europa y, concretamente en España, se ha conseguido reducir en más del 95% el número de casos de sarampión, tos ferina o difteria, enfermedades que representaban la primera causa de mortalidad en la primera mitad del siglo pasado", destaca José Ignacio Pérez Candás, presidente de la Asociación Asturiana de Pediatría de Atención Primaria.

En su defensa a ultranza de las vacunas tanto desde el punto de vista individual como de salud pública, el pediatra avilesino quiere echar por tierra los mitos que confunden a una parte de la población y llevan a la ciudadanía a plantearse dudas sobre los beneficios de lo que califica como "uno de los grandes avances de la salud". En este sentido, sobre los efectos secundarios tan señalado por quienes denostan estas inyecciones asegura que "las vacunas son seguras y si aparecen reacciones son leves y temporales".

Otra falsedad que apunta el especialista es la de creer que varias enfermedades para las cuales hay vacunas están prácticamente erradicadas y por ello no tiene sentido vacunarse. "Si bien algunas enfermedades prevenibles mediante vacunación pueden ser poco comunes en muchos países, los agentes infecciosos que las provocan siguen circulando en varios lugares del mundo y pueden infectar a personas no protegidas", manifiesta para añadir que con los fenómenos migratorios actuales y los viajes internacionales tan frecuentes entre la población mundial "todos podemos estar potencialmente expuestos".

El pediatra del centro de salud de Sabugo también desea hacerse eco de otra idea errónea que circula entre los colectivos antivacunas. Estos dicen que como las enfermedades de la infancia para las que hay vacunas son algo inevitable en la vida es mejor la inmunización por la propia enfermedad que por las vacunas, que es la vía natural. "Esto es también incorrecto", advierte, "porque hay enfermedades que pueden tener consecuencias muy graves tanto en niños como en adultos. Las personas no vacunadas quedan muy expuestas a esos riesgos".

Y un cuarto equívoco que el pediatra quiere aclarar está relacionado con la administración simultánea de más de una vacuna. "Hay quien dice que puede aumentar en los niños el riesgo de efectos secundarios nocivos y no es cierto. Las pruebas científicas revelan que la administración simultánea de varias vacunas no conlleva ningún efecto secundario sobre su sistema inmunitario. Un niño está expuesto a muchos más antígenos (virus, bacterias) a lo largo de la vida que por las más vacunas", aclara.

Una vez disipadas las dudas y desconfianzas, Pérez Candás explica cómo en la tierra todo está preparado para propagar la vida. Y resalta que los virus y bacterias, "que llevan muchos más años que los humanos en el planeta y seguro que durarán bastante más sobre él, están llamados a reproducirse. Lo hacen a costa nuestra así que como no los vamos a poder eliminar tenemos que aprender a convivir con ellos. Las vacunas son nuestro sistema de convivencia, una forma de estimular nuestra inmunidad y un gran invento", anota el pediatra para añadir que no todas son iguales en importancia. "Algunas son trascendentales", resalta, para referirse a la de la viruela, que causó estragos al ser una de las enfermedades más mortales que conocen los humanos y también la única que ha sido erradicada con la vacunación.

También se refirió a la poliomelitis, "enfermedad que daba terror a los padres. Atacaba en los meses de verano y arrasaba a la población. Ocurrían epidemias cada cierto tiempo y aunque la mayoría de los afectados se recuperaba otros sufrían parálisis permanentes e incluso morían. Se perdieron muchas vidas jóvenes por la alta mortalidad y la discapacidad que provocó", relata el especialista. Añade que la polio es una enfermedad altamente infecciosa que se contagia a través del contacto entre personas, por medio de secreciones nasales y orales y por contacto con las heces contaminadas. Gracias a la vacunación generalizada, manifiesta, quedó eliminada del hemisferio occidental en 1994. "A día de hoy está aún presente en algunos países: Afganistán, Nigeria y Paquistán. Debido al riesgo de los casos importados, todavía se recomienda la vacunación".

Otra enfermedad altamente contagiosa es el sarampión, advierte Pérez Candás, de ahí la importancia de la vacuna. Puede conducir a complicaciones que van desde una diarrea hasta una encefalitis (inflamación del cerebro) y los pacientes adultos suelen presentar complicaciones más graves. "Si bien rara vez es una enfermedad fatal en el mundo llamado rico, en los países subdesarrollados se dan tasas de mortalidad de hasta el 28%, cifra que crece en casos de guerra o escasez generalizada de alimentos".

La efectividad de estas vacunas está altamente contrastada y es una evidencia, apunta el pediatra. Aún así, recuerda el daño que causó el comentario de un profesional de la salud inglés al relacionar la vacuna del sarampión con el autismo. "Esa relación está descartada pero aunque dicha persona fue expulsada del colegio de médicos sus palabras produjeron tal choque que aún se notan las consecuencias".

Al analizar estas palabras, el presidente de la Asociación de Pediatría en Atención Primaria considera que el personal sanitario "debe actuar con prudencia y trasladar siempre confianza y una información veraz a las familias". Asimismo, pide al conjunto de la sociedad "no bajar la guardia. Viajamos mucho por el mundo, a veces a países exóticos; hay que llevar al día el calendario vacunal". En este sentido, subraya que España está en un primer nivel en cuanto a cobertura de vacunas "debido al sistema nacional de salud que tenemos y por contar con pediatras en atención primaria y a domicilio. Somos un ejemplo para el mundo".

La lucha humana contra las enfermedades a través de las vacunas continúa y los retos para el futuro pasan por contar con nuevas técnicas de aplicación. Los métodos futuros para aplicar la inmunización podrían ser distintos a los actualmente utilizados: vacunas inhaladas o parches con una matriz de agujas que aplican la vacuna sin jeringas, explica el pediatra. Otra cuestión que deben resolver los investigadores es el tema del transporte de las vacunas y la cadena de frío.

Por último, otros desafíos serán encontrar vacunas eficaces para enfermedades contra el sida, la malaria o la leishmaniasis y crear las condiciones adecuadas para la vacunación en determinadas zonas del mundo, concluye José Ignacio Pérez Candás.

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