Los técnicos municipales ya están verificando lo que hay de cierto en las quejas de los vecinos vinculadas al estado de la calle Conde del Real Agrado, cuyas obras de reforma terminaron hace pocos días. "Han de analizar si los defectos son subsanables y si son consecuencia de la mejora de la calle", señaló el alcalde, Jorge Suárez, tras las reclamaciones de los propietarios de garajes, que denuncian filtraciones de agua y humedades en sus estacionamientos "desde que comenzó la reforma de la calle". "Si se constata que esos defectos están relacionados con la obra, pediremos a la empresa adjudicataria del proyecto que los subsane", señaló el regidor gozoniego, que reconoció que la reforma de esta calle, un proyecto heredado del pasado mandato, le está dando "dolores de cabeza desde el primer día".

La actuación comenzó a ejecutarse a mediados del mes de mayo, a pocos días de las elecciones, y pese a tener un plazo de poco más de un mes duró cinco meses.

Los vecinos se vienen quejando desde el día en que se inauguró la ampliación de las aceras de la céntrica vía; mención aparte merecen las críticas de los comerciantes que "perdieron" el verano por tener la calle levantada durante varios meses. Las primeras reclamaciones se centraron en la escasa diferencia de altura entre la calzada y las aceras y que esa situación causaría inundaciones en días de fuertes lluvias. Las siguientes quejas fueron de los dueños de los garajes, que además de cuestionar las humedades "provocadas por las obras" advirtieron de que hay desniveles que antes no existían que generan las consiguientes filtraciones de agua.

El alcalde Jorge Suárez señaló que la actuación "se ejecutó de acuerdo al proyecto que había" cuando el PSOE llegó al gobierno".