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Los acusados del homicidio de La Magdalena, a juicio el 18 de enero

La hija y el yerno de la mujer afrontan 26 años de cárcel por dejarla morir tras sufrir una caída, según el fiscal

La pareja a la que la Fiscalía responsabiliza de la muerte de una mujer en extrañas circunstancias en el piso en el que convivían, en el barrio de La Magdalena, irá a juicio el próximo 18 de enero. La vista se celebrará en la Audiencia Provincial, en Oviedo. Los acusados, la hija y el yerno de la fallecida, afrontan penas que suman 26 años de prisión. El Ministerio Público les considera responsables de un delito de homicidio con la circunstancia agravante de parentesco y solicita una pena de 13 años de cárcel para cada uno de ellos.

La víctima, de 63 años y enferma de diabetes, falleció el 1 de junio de 2013 y la Policía concluyó que estuvo retenida en el domicilio, en el que residía con una de sus hijas (F. F. LL.) y sus dos nietas (menores de edad) y el novio de ésta, J. M. L. R. La Fiscalía considera que la pareja la desatendió tras sufrir una caída y pese al enorme deterioro que sufrió hasta su fallecimiento. El abogado defensor, Celestino García Carreño, sostiene que no hubo delito alguno, puesto que sus clientes creyeron que la mujer (C. LL.) estaba sufriendo una crisis diabética, y pide su absolución.

La hija de la fallecida y su novio llamaron a los servicios sanitarios el 1 de junio de 2013 por la mañana informando de que C. LL. se encontraba indispuesta. Cuando los facultativos se personaron en el domicilio comprobaron que la mujer estaba muerta. La Policía interrogó a su hija y al novio, que aseguraron haber suministrado insulina a la mujer por una fuerte subida de azúcar y que falleció. Pero el cuerpo presentaba una fuerte fractura a la altura de la cadera y contusiones en la cabeza. La autopsia desveló que la mujer "falleció de forma violenta". El escrito de calificación de la Fiscalía recoge que C. LL. se fracturó la cadera y sufrió diversos traumatismos craneoencefálicos a finales de mayo de 2013. Sostiene que los acusados, "conscientes de los enormes dolores que sufría y de sus continuas quejas, así como del progresivo deterioro de su estado de salud, dejaron que la mujer permaneciera encerrada en su dormitorio hasta que el 1 de junio de 2013 murió". El fallecimiento se produjo como consecuencia de la fractura y de los traumatismos en la cabeza, "actuando como factores coadyuvantes una miocardia hipertrófica y una diabetes mellitus mal controlada". La Fiscalía añade en su escrito de calificación de los hechos que los acusados "en ningún momento llamaron al médico ni solicitaron ayuda sanitaria de ningún tipo, a pesar de que eran conscientes del riesgo vital que estaba corriendo la mujer".

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