Tráfico intenso, coches aparcados y decenas de comercios, además de un colegio, es el paisaje urbano de la calle José Fernandín de Piedras Blancas, por la que diariamente pasan centenares de vecinos del concejo y para la que los residentes reclaman una barrera de protección entre las aceras y la calzada. "Las aceras son muy estrechas para la cantidad de vecinos que las usan diariamente. Si te cruzas con coches de bebés, en algunos tramos hay que bajarse a la calza y es un peligro, por ello pedimos vallas de protección como hay en otras localidades", señala Xuan García, portavoz de un grupo promotor de la propuesta.

"Además del peligro para cualquier peatón, hay que tener en cuenta que hay un colegio de niños pequeños y poner vallas metálicas sería mucho más seguro para todos. Así como para los vecinos que hacen la compra en esa vía y para los usuarios del carril bici ya que en la calle hay un cruce de la ciclovía. También hay paradas del autobús del transporte público", manifiesta García. Los promotores ponen de ejemplo la verja que hay delante del antiguo cuartel de la Guardia Civil de Piedras Blancas. "En esa zona, la acera también es muy estrecha y la valla da más seguridad a los peatones", añade.

Se da la circunstancia de que la calle José Fernandín de Piedras Blancas es un tramo de la carretera CT-1 Piedras Blancas- Carcedo, que es propiedad del Principado. Por eso, las obras que ejecuta en esa calle el Ayuntamiento de Castrillón tienen que contar con la autorización previa del Gobierno regional, que también realiza algunas directamente. "Otra solución para mejorar la seguridad de los peatones sería ampliar el ancho de las aceras pero en ese caso habría que dejar la calle de dirección única, una solución que no es factible", afirma García.

Los vecinos se quejan de que el único "fotorrojo" del concejo esté en la calle José Fernandín en la intersección con la avenida de Eysines. Una cámara graba a todos los automovilistas que pasan el semáforo en rojo. Los conductores "cazados" son sancionados con 200 euros y se quedan sin cuatro puntos del carné de conducir. "Han puesto la cámara como medida de seguridad, pero creemos que es más para sancionar que para mejorar la seguridad vial de todos", afirman los demandantes.

"Lo que pedimos es que se pueda compatibilizar el tráfico rodado y los peatones. Cada vez más hay ciudades que instalan ese tipo de barreras que evitan muchos accidentes. El coste de las vallas podrían asumirlo el Principado y el Ayuntamiento a partes iguales y, priorizar cuales son los tramos más peligrosos y empezar por poner en ellos las vallas", concluye García.