La Fundación Instituto Tecnológico de Materiales (ITMA), con centros en Avilés y Llanera, ha puesto en marcha una investigación para una empresa gallega (Evasa) que busca un vidrio más resistente para el sector de la construcción a la vez que se consigue un ahorro energético. El proyecto, denominado "Desarrollo de formulación de EVA que permitan un ahorro energético en la industria del vidrio laminado", está en manos del Área de Nanotecnología del instituto.

El vidrio laminado se compone de dos o más hojas de vidrio unidas mediante un material especial, un encapsulante. Este material se adhiere mediante calor y presión al vidrio para formar un sándwich, una unidad que presenta la apariencia de un vidrio normal pero ofrece unas propiedades especiales de elevada durabilidad y resistencia, convirtiéndolo en un material especialmente adecuado para aplicaciones de seguridad.

La investigación en cuestión consiste en el desarrollo de nuevas formulaciones, por medio de distintos aditivos, para llegar a un encapsulante que ofrezca mayores prestaciones finales del vidrio laminado. Por ejemplo, que su resistencia pueda hacer frente a situaciones extremas, como la fuerza de un huracán o a un gran impacto, en el caso del vidrio utilizado para la construcción de coches. Además, se busca un coste energético menor en la fase de fabricación. "Se bajan las temperaturas en el proceso de fabricación. Las temperaturas de los hornos van a tener que ser más bajas, lo que se traduce en un ahorro energético importante", explicaron fuentes del ITMA.

El cliente del Instituto de Materiales en esta investigación es la empresa gallega Encapsulantes de Valor Añadido S. A. (Evasa), que se está abriendo paso entre las grandes multinacionales asiáticas que asuelan el subsector de la fabricación de encapsulantes que se utilizan en la producción de placas fotovoltaicas para el sector de las energías renovables y en el de la arquitectura de fachadas.

"Hemos comenzado las investigaciones que nos permitan fabricar un nuevo producto que compita en un mercado internacional que hasta ahora ha estado copado por otros materiales como el PVB (polivinilburital), producidos casi en exclusividad en empresas asiáticas. Para ello hemos buscado el apoyo del Instituto Tecnológico de Materiales de Asturias", explicó la compañía a través de un comunicado.

La investigación está a punto de concluir. "Los resultados obtenidos han cubierto ampliamente las expectativas y desarrollaremos un nuevo producto", añadieron desde la empresa gallega.