La flota de cerco asturiana aboga por una veda parcial de la sardina para intentar recuperar la especie, que se halla en mínimos histórico. La Secretaria General de Pesca abre hoy la campaña con un tope máximo de capturas de 10.000 toneladas hasta el 31 de julio, cantidad que podrá ser revisada a partir de esa fecha hasta las 14.000 toneladas, según el acuerdo firmado con Portugal en el plan conjunto de gestión. Sin embargo, los pescadores regionales no creen que la costera vaya a dar frutos. "Mientras se siga haciendo pesca descontrolada en la costa atlántica francesa no va a haber sardina en el resto del Cantábrico, por mucho que digan los biólogos que no afecta", aseveró ayer Eduardo Cueva, presidente de la asociación de cerqueros de Asturias.

Cueva liga el inicio de esa práctica hace unos años con la "bajada en picado" de la especie en aguas cantábricas y portuguesas; de ahí que sea partidario de una veda entre los meses de diciembre y febrero, e incluso alargarla hasta junio, para intentar que la especie se recupere. Sólo se podría pescar en verano, cuando tiene más valor comercial. Eso sí, "siempre y cuando los pescadores reciban algún tipo de ayuda, porque si no es imposible subsistir".

La resolución de la Secretaria General de Pesca explicó que para la flota española se establecen unos topes mensuales de capturas de 750 toneladas para toda la sardina capturada en el Cantábrico y la costa gallega. Ese tope mensual estará distribuido en un máximo de 450 toneladas para los buques de cerco del Cantábrico y noroeste y un máximo de 300 toneladas para los cerqueros del golfo de Cádiz. Además, para la totalidad de la campaña se reserva una cantidad de 175 toneladas, no sujeta a topes de captura, para poder ser pescada exclusivamente por aquellos buques que usen el arte de xeito para faenar. La pesquería de la sardina finalizará para toda la flota el 30 de noviembre.

Los barcos de cerco también empezar hoy a pescar anchoa, una campaña que el año pasado dio buenos resultados.