Sócrates fue el hombre más sabio de la Atenas más clásica, pero no escribió ni una sola palabra en su vida, que fue truncada cuando la asamblea ciudadana le ordenó que se suicidara tomando cicuta. Había trabajado para que los jóvenes fueran capaces de pensar por sí solos porque las respuestas oficiales no son la verdad y sólo son respuestas oficiales. Alguno de aquellos jóvenes que aprendieron de él fueron Platón y Jenofonte. Sin ellos, el mundo presente sería distinto. Y, a ellos, está dedicada "Sócrates. Juicio y muerte de un ciudadano", de Alberto Iglesias y de Mario Gas, el espectáculo que dirige este último y que llenó anoche el auditorio del Niemeyer y en el que brilla con luz propia uno de los actores del momento: José María Pou.

La tragedia sobre el filósofo ateniense fue despedida por los espectadores avilesinos con una aclamación. Es la última del trimestre y el preludio a una programación venidera que cuenta con una versión de "Hamlet", la de Miguel del Arco, como espectáculo más aplaudido.

"Sócrates" nació como un encargo del Festival de Teatro de Mérida al director de escena Mario Gas. Los éxitos cosechados en la capital extremeña contribuyeron a cambiar los planes de explotación de la función. La compañía que encabeza Pou ha ido llenando las salas en las que ha representado el espectáculo. La sabiduría y el buen teatro cosecha triunfos siempre.