Investigadores de la Universidad de Oviedo y el equipo científico del Jardín Botánico Atlántico de Gijón, dentro del programa europeo "Life+Arcos", trabajan para recuperar el ecosistema dunar de las playas de Tenrero y Carriciega, ambas en Verdicio. Estos enclaves, ubicados en el entorno del cabo Busto, gozan de una gran riqueza en lo que a especies ambientales dunares autóctonas se refiere. Por ello, el equipo de expertos pretende eliminar de la zona la flora invasora, replantando esas áreas con especies autóctonas. Además, se realizarán trabajos para recuperar los arenales.

Según un estudio de la Universidad de Oviedo, el ecosistema dunar de Tenrero comenzó a destruirse en 1970, con la construcción de la urbanización Los Cuetos, ubicada a escasos metros de la playa. Esta promoción inmobiliaria se habría asentado sobre una parte importante de las dunas longitudinales que sólo se encontraban en el arenal, destruyendo por completo su morfología. Además, a esta acción antrópica también habría que sumarle la gota fría de junio de 2010, los diferentes temporales de la costa Cantábrica y la explotación turística de la playa como principales agentes agresivos para este enclave.

El estudio también refleja que la playa de Tenrero disponía en el año 1957 de, aproximadamente, 105.556 metros cuadrados de superficie dunar. Estos arenales sufrieron un gran impacto en torno a 1979, cuando este espacio vio reducido su área en 85.240 metros cuadrados; dejando la superficie de montículos arenosos en tan solo 20.316 metros cuadrados. Las últimas mediciones reflejadas en el estudio, de 2014, cifran en 17.669 metros cuadrados la extensión dunar de Tenrero.

El uso humano y los efectos medioambientales también han sido clave en la pérdida de arena de las dunas de la playa de Carniciega, muy próxima a la de Tenrero. En el año 1959, disponía de 20.535 metros cuadrados de superficie dunar y, en 2014, última cifra medida por la Universidad, sólo contaba con 4.233 metros cuadrados.

Además de la pérdida de arena, Tenrero y Carniciega se han quedado sin un importante volumen de flora autóctona. Por ello, los expertos tratarán de repoblar la zona con lechetreznas de playa, amapolas de playa y mielgas marinas; todas ellas especies protegidas por el Principado. También trabajarán en la eliminación de plantas invasoras, como es el caso de la onagra y la uña de Gato.

Está previsto que en ambas playas se instalen captadores de arena y se cierren algunas zonas con cuerdas para impedir el acceso de personas. En las próximas fechas se instalarán carteles informativos sobre las acciones científicas que se desarrollarán en la zona.

Los investigadores ya iniciaron hace meses el trabajo de evaluación ambiental y evolución geomorfológica de las playas de Verdicio. Actualmente, los expertos se encuentran cartografiando y delimitando las poblaciones de plantas en el área para empezar a trabajar sobre las recuperación de las dunas en los próximos meses. El inicio de estas labores dependerá de cómo vayan los trabajos que sobre el terreno ya se han iniciado en varias playas de País Vasco y Cantabria, pues están muy condicionados por las condiciones meteorológicas.

Esto se debe a que el equipo de la Universidad de Oviedo y del Jardín Botánico de Gijón, que se compone de seis investigadores, coordina y supervisa no sólo la ejecución de las labores a desarrollar en las playas asturianas, sino que también a los equipos de investigación que trabajan actualmente en Cantabria y País Vasco.

El proyecto "Arcos+Life" tiene como principal objetivo la ejecución de una serie de medidas encaminadas a mejorar el estado de conservación de los ecosistemas dunares de la costa cantábrica, mediante la restauración de diez espacios naturales que se encuentran repartidos entre las regiones de Asturias, Cantabria y País Vasco.