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Meteorólogos con poco tiempo

Los alumnos de Infantil del Marcos del Torniello miden a diario la temperatura, el viento y la lluvia con una estación doméstica

Jorge Fernández Vega sostiene entre las manos fotografías de distintos fenómenos atmosféricos junto a Luna Míguez, Diana Guerrero, Naiara Macía y Graciela Apetroaiei, ayer, en el colegio Marcos del Torniello. R. SOLÍS

Tienen cinco años, pero ya están familiarizados con fenómenos atmosféricos como la aurora boreal, la luz zodiacal, los rayos crepusculares o las nubes cirrus, cumulus o estratus. Los alumnos de Educación Infantil del colegio Marcos del Torniello gestionan su propia estación meteorológica y todos los días miden la temperatura, el viento y la lluvia.

La primera misión de estos pequeños meteorólogos es mirar al cielo. "Hay nubes y claros", señalaban ayer mientras en el patio situaban un anemómetro fabricado con materiales reciclados, un termómetro de madera y una bandeja de plástico a modo de pluviómetro, con una piedra en su interior para evitar que sea arrastrado por el viento.

Bajo la supervisión de la profesora Marta Quirós Martínez, los pequeños observan con entusiasmo los tres instrumentos para anunciar a bombo y platillo la información recogida. "Hoy no llueve", decía Jorge Fernández Vega junto al pluviómetro. "Pero hay viento", apuntaba Luna Míguez" a la vera del anemómetro. "Hay 13 grados", añadía Diana Guerrero Sánchez, con el termómetro en la mano. Después, entre todos, registraron a lápiz los datos del tiempo en un tablón instalado en una de las paredes del colegio. Sobre el mismo también figura la previsión del tiempo para el conjunto de la semana, que obtienen de internet y con el que cotejan los resultados recabados por ellos.

Como complemento a esta tarea, los alumnos colocan en el suelo, boca abajo, unas fotografías plastificadas de distintos fenómenos atmosféricos: tormenta, arco iris, tornado, rayos crepusculares, granizo, rayo verde, parhelio, luz zodiacal... En el reverso de las imágenes está escrito cada fenómeno para que los niños seleccionen de entre un grupo de palabras la que corresponde a cada ilustración. "Con este ejercicio practican la lectura además de familiarizarse con fenómenos naturales que ni los adultos conocen", señalaba ayer Marta Quirós para seguidamente invitar a los pequeños a explicar el ciclo del agua haciendo uso de una maqueta realizada por un padre. En equipo, relataban con soltura que "el agua evaporada sube a las nubes". "El viento arrastra la nube a las montañas", añadía Graciela Apetroaiei. "Ahí se condensa y cae en forma de nieve o de lluvia", concluían Jorge Fernández Vega y Diana Guerrero, mientras echaban por un tubo de cartón papeles de pequeño tamaño en colores azul y blanco que representan la lluvia y la nieve.

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