El nuevo kilómetro de muelles inaugurado hace algo más de un año en la margen derecha de la ría ha llevado a los responsables de la Autoridad Portuaria de Avilés a renovar el Plan de Autoprotección, un documento que recoge las medidas a adoptar en caso de emergencia que databa del año 2011 y que se había quedado anticuado tras las últimas obras de ampliación. Tampoco recogía algunas edificaciones de nueva construcción como, por ejemplo, una nave de Asturiana de Zinc en el muelle de San Juan. "Este plan hay que revisarlo periódicamente y, en esta ocasión, se han incorporado los muelles de Valliniello, donde ahora hay un importante movimiento de estructuras metálicas como aerogeneradores", explicó el presidente de la Autoridad Portuaria, Santiago Rodríguez Vega, que ayer presentó al consejo de administración dicho documento, que ha sido remitido a Puertos del Estado como paso previo a la aprobación definitiva.

El Plan provisional, no obstante, ya se utiliza como referencia en el Puerto de Avilés, donde cada día trabajan decenas de personas que están sujetas al documento. "Están sistematizados todos los datos relativos a los riesgos que se dan en el puerto. En este plan se evalúan tanto los medios materiales de la Autoridad Portuaria como de las empresas vinculadas al Puerto, que también deben tener sus planes de autoprotección. Incluye también formación, la relación de simulacros que nosotros comenzaremos a hacer ahora o el nombre y el teléfono de todos y cada uno de los trabajadores. Asimismo, presta atención a la coordinación entre distintas administraciones", manifestó Rodríguez Vega.

El Plan de Autoprotección del Puerto de Avilés, además de prevenir y controlar los riesgos, tiene por objeto dar respuesta adecuada a posibles situaciones de emergencia. Así, pues, el documento recoge algunos supuestos de accidentes como derrames de ácido sulfúrico o de benzol, el estallido de una cisterna de oxígeno, atentados o sabotajes, accidentes ferroviarios, amenazas de bomba a bordo de un buque o terremotos, entre otros muchos. De producirse un accidente, éste se clasificaría según su gravedad en tres colores: verde, sin víctimas o estas de carácter leve; azul, con un número limitado de víctimas de carácter grave; o rojo, con número importante de víctimas graves.