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"La tutela del enfermo mental es una nueva forma de estigma", sostiene un estudio

El San Agustín demuestra su fuerza en psiquiatría con cuatro nuevas investigaciones de jóvenes residentes

Por la izquierda, Natalia Bretón Díez, Aurora Hervés y Soraya Pozueta, ayer, en el San Agustín. RICARDO SOLÍS

Natalia Bretón Díez es residente de psiquiatría en el área sanitaria avilesina. Ayer defendió un trabajo de investigación sobre la incapacidad jurídica en la enfermedad mental y lamentó que en lugar de existir medidas de protección que respeten la capacidad de obra de los pacientes severos, como así recoge la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad de 2006, en España aún son mayoritarias las tutelas de los enfermos mentales graves. "Esta figura de protección resta autonomía y capacidad de decisión a estos pacientes, es una nueva forma de estigma que se traduce en la muerte civil del enfermo", manifestó.

La psiquiatra residente destacó que actualmente se aplican tutelas a un porcentaje elevado de pacientes mentales severos "que no tienen una incapacidad plena real". Para llegar a esta conclusión, Bretón Díez trabajó con los usuarios del ETAC de Avilés (pacientes que reciben atención domiciliaria) que están incapacitados y analizó sus medidas de protección. "En contra de lo lógico y esperado la mayoría de estos pacientes tienen buena calidad de vida, viven solos y tienen un buen control de la enfermedad pero están sometidos a tutelas, lo que significa que tienen un representante legal que los sustituye en todos los actos", subrayó.

"Creemos que el fallo está en las familias y en los propios pacientes, que cuando empiezan con estos procesos de incapacitación no saben realmente a qué se exponen y también en los profesionales sanitarios, que tal vez elaboramos informes sesgados", señaló. "También sería necesaria una comunicación fluida entre todos los profesionales que influimos en este proceso de la capacidad de obrar: jueces, fiscales, pacientes, forenses y psiquiatras", remató.

Bretón es una de las profesionales que ayer presentó un trabajo de investigación en Avilés. Otras tres jóvenes vinculadas al área sanitaria avilesina -Aurora Hervés Barcia, Irene González Sánchez y Soraya Pozueta Villadóniga- hicieron lo propio. Pozueta, psicóloga interna residente, valoró las terapias dirigidas a personas que viven un duelo complicado tras una muerte casi siempre trágica (un accidente de tráfico, un menor de edad...). "Hicimos ocho sesiones y la conclusión es que los usuarios apreciaron una mejoraría, porque se encontraron con un grupo en el que podían hablar de cosas que tal vez callan con otras personas", avanzó.

Aurora Hervés Barcia, enfermera residente, presentó, por su parte, los resultados de un estudio sobre la seguridad del paciente ambulatorio a tratamiento con litio en el área sanitaria avilesina. "El litio es un fármaco que se lleva utilizando muchos años y que se podría comparar con la insulina o un anticoagulante porque necesita un control estricto para evitar complicaciones, intoxicaciones e, incluso, la muerte", dijo. Y agregó que "en el área sanitaria se facilita información al paciente y, según qué terapeuta, esta información se recuerda periódicamente". Irene González disertó sobre la efectividad de un programa grupal basado en el humor y el fomento de la risas en pacientes con ansiedad.

Las cuatro jóvenes residentes vinculadas al área sanitaria avilesina demostraron con sus trabajos que la psiquiatría tiene futuro en la ciudad, donde hace más de una década comenzó a rodar el vehículo a través del cual el tratamiento, la rehabilitación, los cuidados y el apoyo necesario llega a los domicilios de los enfermos mentales graves.

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