Somos pone encima de la mesa sus condiciones para apoyar el plan de mejora del casco histórico y plantea al gobierno que en el documento haya un "equilibrio" entre el interés público y el privado. "Ahora en algunas de las actuaciones ese equilibrio no se da", afirmó ayer David Salcines, portavoz de la formación morada. Ese desajuste se produce, sobre todo, con la decisión del gobierno de "renunciar" al 10 por ciento del aprovechamiento público que corresponde en la mayoría de las piezas del puzzle que es el documento y con la rebaja de la protección de algunos de los elementos afectados, siempre según la formación. Los votos de los concejales de Somos pueden ser clave para sacar adelante el proyecto ya que éste necesita el beneplácito de al menos 13 ediles -mayoría absoluta- para ser aprobado.

"Un plan de protección debería poner de relevancia el cuidado de nuestro patrimonio. Es cierto que estamos en un momento en el que hay que desarrollar proyectos para generar nuevas inversiones y dinamizar la zona, pero eso no puede hacerse bajo el escudo de un plan de protección. Y un plan que lo que hace es reducir en la mayoría de las actuaciones la protección no es la mejor filosofía", aseveró Salcines. El portavoz de Somos lamentó que muchos de los proyectos son "a iniciativa del privado": "El Ayuntamiento solo acompaña y aprovecha esa situación para ejecutar la obra de la muralla, algo que nos parece bien ya que es una marca que puede generar inversiones y atracción turística".

Y añadió: "El problema es que en esas actuaciones regalamos el 10 por ciento del aprovechamiento público. Y lo hacemos en proyectos como el del palacio de Carlos Lobo. Ahí no prima el equilibrio, sino que se beneficia a un promotor que no ha cumplido la ley y no ha cuidado el patrimonio. En cambio, lo que se hace es bajar la protección del edificio para que pueda ser rehabilitado porque no está en buenas condiciones. Se genera además el beneficio para construir un equipamiento privado".

Otras de las actuaciones que Somos tiene en el punto de mira es la que afecta a la calle de los Alfolíes. En ese caso, el gobierno da a los propietarios la posibilidad de incrementar en tres metros la edificabilidad a cambio de permitir la construcción de un camino entre la iglesia y la muralla. "Con esa mayor edificabilidad se pierde la perspectiva desde el Niemeyer de la capilla de los Alas y la muralla. Haces que una buena actuación se convierta en otra más mediocre", concluyó Salcines.

El plan especial de mejora del casco histórico quedó en suspenso en el último Pleno, después de que el PP pidiera más tiempo para su análisis y el gobierno local no tuviera los votos necesarios para su aprobación.