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Las claves de un ejemplo exitoso de austeridad municipal

Corvera saca petróleo de la hucha

El noveno concejo de Asturias entra en el selecto club de la deuda cero gracias a la poda de los sueldos de los políticos y al fomento de la competencia entre los proveedores

Corvera saca petróleo de la hucha

Se cuenta en los pasillos del Ayuntamiento de Corvera una anécdota que da idea de cómo se las gasta el alcalde, Iván Fernández, en materia de ahorro. El hecho se remonta a 2014, el año en que accedió al cargo, y versa sobre la extrañeza de cierto funcionario que fue a hacer una gestión a otro departamento y se encontró con la oficina vacía y a oscuras.

-¿Es que fulanito no ha venido a trabajar hoy? -preguntó el protagonista de la historia al ver el despacho de esa guisa.

-Sí, pero es que ha ido a comer el pincho y en éstas ha estado por aquí el alcalde... -, respondió otra funcionaria.

La ausencia del administrativo en cuestión se explicaba por ser la hora del pincho; el paso fugaz del alcalde por la oficina vacía es lo que justificaba las luces apagadas. Y es que, allá por donde va, como si tuviera un resorte en la muñeca, Iván Fernández va apagando las luces que alumbran innecesariamente. El aludido se ríe al evocar la escena y admite su veracidad: "Sí, es cierto, soy un maniático de ese tipo de cosas; no lo puedo evitar".

Tan maniático que, de conformidad con los concejales de su partido, Fernández se propuso dejar la deuda de Corvera a cero en 2019 y se ha anticipado tres años: el próximo lunes, en un trámite plenario, el noveno Ayuntamiento más grande de Asturias extinguirá su carga financiera, que era de 3,1 millones hace cinco años. La amortización de ese pasivo equivale a haber ahorrado -y dedicado a amortizar el capital pedido a préstamo- 1.700 euros diarios ininterrumpidamente y durante un lustro. El ministro de Hacienda en funciones, Cristóbal Montoro, azote de las administraciones locales en materia de déficit estaría contento del empeño que ha puesto Corvera en ponerse a cero.

El Alcalde asegura que no hay "ni milagro ni mentira", sino un plan trazado que el gobierno local se obliga a cumplir y que tiene las siguientes líneas maestras: supresión de gastos superfluos e innecesarios (entre los que cabría destacar los 211.000 euros anuales que se han dejado de pagar a los ediles al renunciar a la figura de los concejales asalariados), control de los gastos ordinarios de todos las áreas municipales (lo cual implica la reunión trimestral de comités de seguimiento presupuestario), estímulo de la competencia entre los proveedores de servicios mediante la celebración de concursos públicos, planes de eficiencia energética o medidas antiderroche (como la renuncia a contratar artistas de primer nivel para las fiestas). Y así, un euro por aquí, otro por allá, Corvera ha hecho virtud del número que representa la nada: el cero. En este caso, cero deudas.

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