La Fiscalía pide penas de entre dos años y ocho años y medio de prisión para los cuatro agentes de la Policía Local de Avilés acusados de practicar una detención ilegal a un vecino de Corvera después de que éste hubiera ofrecido dinero por una felación al hijo de un agente del servicio de la Policía avilesina. Estos agentes, según el relato de la Fiscalía, habrían torturado, lesionado y amenazado a la víctima (que no está personada en la causa). La vista oral se celebrará este próximo lunes, 9 de mayo, en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Asturias, con sede en Oviedo, a las 10.30 horas.

El principal acusado de estos hechos ocurridos el 30 de mayo de 2014 se enfrenta a una petición de penas que suman 8 años y 6 meses de prisión y 20 años de inhabilitación absoluta, aseguró el Ministerio Público. Según relata el fiscal en su escrito de acusación, el detenido se hallaba ese día en una parada de autobús de la calle de Llano Ponte, de Avilés, cuando se le acercaron dos agentes de la Policía Local para decirle que estaba detenido por quemarle la cazadora a un chico y hacerle "proposiciones deshonestas".

Le introdujeron en el vehículo policial, sin informarle de sus derechos constitucionales, según este mismo relato, y le trasladaron a unas dependencias municipales situadas en Divina Pastora, mientras le increpaban, insultaban y amenazaran reiteradamente.

Una vez allí, llegó en moto un tercer policía y entre dos agentes pusieron al detenido contra una pared y le sacaron varias fotos de frente y perfil con un teléfono móvil, mientras ambos amenazaban con matarle.Posteriormente, fue trasladado a la comisaría de la Policía Local y luego a la Nacional, para tomarle declaración. En una dependencia de esta misma comisaría intervino un cuarto agente de la Local que se dirigió al detenido y le dijo que era el padre del chico al que le había quemado la cazadora y que "si quería, que se la chupara a él", amenazándole reiteradamente, siempre según el relato oficial.

Más adelante, un agente sacó su arma, extrajo una bala del cargador y tras preguntar al detenido su nombre de pila, le dijo que "era para apuntar su nombre en esa bala". Todo lo anterior obedece a que un hijo de uno de los agentes acusados, de 33 años en el momento de lo hechos, que padece una minusvalía psíquica del 65 por ciento, había manifestado que había tenido problemas con el detenido en días anteriores en una parada de autobús. En concreto, aseguraba que le había quemado la cazadora con un cigarrillo y que le había dicho: "Te doy 10 euros si me chupas la trompa". Los agentes implicados están suspendidos por el Ayuntamiento desde mayo de 2015, cuando se descubrieron los hechos.