Los cuentos tradicionales son una herramienta de trabajo en La Toba. La escuela infantil utiliza estos días relatos clásicos como "El patito feo", "Caperucita Roja", "Los tres cerditos" o "La Cenicienta" en versión adaptada para entretener, desarrollar la imaginación de los niños, fomentar el juego, trabajar los sentidos y provocar sorpresas.

Con el cuento de "Caperucita Roja", las educadoras crearon una instalación para que los pequeños se metan de lleno en la historia de la niña que va a visitar a su abuelita que está enferma y se encuentra con el lobo feroz. Con elementos reciclados e incluso hierba recrearon el bosque del cuento de Charles Perrault, donde unas cintas que colgaban del techo semejaban lianas o árboles y una caja negra representaba al lobo. Se utilizaron tres colores para simplificar el entorno: blanco, rojo y negro. "El espacio se concibe para que los niños toquen los distintos objetos que instalamos. Todos participan, unos más plenamente que otros. Hasta los bebes juegan con las cintas y tocan la hierba", señala Sara Álvarez, una de las educadoras del centro situado en el barrio de Llaranes y al que acuden cerca de sesenta niños menores de tres años.

Los cuentos llegan a oídos de los pequeños reinterpretados. "Los dulcificamos, sobre todo el final", explica la docente, una de las nueve de la escuela de La Toba. Así, el lobo no se come a la abuelita, el patito feo es un pequeño cisne y, para promover la igualdad, en "Los tres cerditos" hay una cerdita. Cada semana, la ilusión de los cuentos ambienta esta escuela, una de las tres infantiles de Avilés, junto a la de La Magdalena y el Quirinal.