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Del wok a la pota por amor

Alvrie Manangka, un cocinero indonesio de 33 años que ha trabajado en locales de cinco países asiáticos, se instala en Avilés para vivir con su mujer, asturiana

El cocinero asiático observa su lugar de trabajo. MARA VILLAMUZA

Alvrie Manangka aterrizó en Avilés hace apenas un mes. Llegó a la comarca por un doble amor: el que le profesa a su mujer, Marina Quirós Riestra, natural de Piedras Blancas y el que siente por la cocina. Y es que Manangka es un maestro de los fogones que con solo 33 años ha recorrido algunos de los establecimientos hoteleros más prestigiosos del mundo. Dejó su impronta en Australia, Dubai, las Maldivas, la isla de Borneo en Malasia y también en Yakarta (Indonesia), de donde es natural. Con una importante formación a sus espaldas, encontró trabajo nada más de pisar suelo asturiano: en el restaurante El Balcón, ubicado en la avenida de Lugo de Avilés, que le abrió las puertas de su cocina de par en par.

"Me gusta hacer cocidos tradicionales: fabas, pote de berzas... Estos guisos me recuerdan a mi tierra, una zona de montaña donde se hacen elaboraciones semejantes", confiesa el joven chef, que cuenta con la confianza del responsable del establecimiento hostelero, Javier Álvarez. Tanto es así que prevé hacer "pequeños cambios en la carta", de tal forma que el cliente que lo desee pueda probar platos con un toque asiático.

"Es difícil hacer cocina asiática porque faltan ciertos ingredientes e infraestructura: nosotros utilizamos mucho el wok, pero siempre se pueden elaborar platos ricos", asegura el joven indonesio, que con catorce años decidió que lo suyo eran los fogones. Empezó pelando patatas en Yakarta y, unos años después, estudió restauración en Australia, especializándose en cocina europea.

Tras completar su formación viajó a Dubai, donde permaneció cinco años y ejerció como jefe de cocina en uno de los restaurantes del "World Trade Center". De el país árabe viajó a Las Maldivas, donde estuvo 22 meses y, de 2012 a 2015, cocinó casi siempre para turistas en la isla de Borneo. El año pasado decidió regresar a casa, a Yakarta, y tomó una de las decisiones más importantes de su vida: desplazarse a España, a Avilés, con su chica, Marina Quirós, a la que conoció en Asia. "Vino por amor... ¡a la cocina! La cocina española le encanta", precisa la mujer del chef indonesio.

Él, entre tanto, está encantado de la oportunidad que le brinda ahora Avilés. "Puedo hacer más lo que me gusta y tengo la suerte de trabajar en todo momento con productos frescos", asegura el experimentado cocinero, a pesar de que apenas ha superado la treintena. El único "pero" es el idioma: Alvrie Manangka habla en indonesio y en inglés, y su jefe, Javier Álvarez, es de esos que llama "potas" a las cazuelas de toda la vida.

"No podemos tener una larga conversación, pero en la cocina, que es lo importante, nos entendemos a la perfección", concluye Álvarez, un empresario avilesino sin miedo a retos. Ahora, comparte espacio con un chef que ha llegado a la ciudad para darle otro sabor a los platos de siempre. Todo con mucho amor.

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