Las dos asociaciones de Bañugues, la cultural "El Curbiru" y la de vecinos "El Pico", destacaron ayer la importancia de los hallazgos en el yacimiento de Traslaiglesia. Ambas solicitaron además que ese entorno ubicado en plena ensenada sea "visible y visitable". Para ello, destacan que sería necesario un plan de limpieza en el lugar en el que habitaron los romanos y se produjeron enterramientos anexos a la antigua iglesia de San Nicolás. "Ahora mismo no se ve nada, está lleno de hierbas y artos", destacó Mari Luz Gutiérrez, presidenta de la entidad cultural "El Curbiru". La dirigente vecinal Esther García planteó la posibilidad de organizar excursiones para dar a conocer el potencial histórico de la parroquia.

El alcalde, Jorge Suárez, quiso ser más cauto y considera que el Ayuntamiento es el más interesado en "poner en valor" el yacimiento. "Colaboraremos con Patrimonio para saber qué actuaciones podemos desarrollar en esta zona tan importante para la historia del concejo", indicó el Regidor gozoniego, que prevé convocar una reunión de la comisión de Patrimonio municipal para analizar los hallazgos en Traslaiglesia. "Tendremos que adecentar el entorno y preferimos ser prudentes y que los cinco expertos que forman parte del consejo de Patrimonio decidan qué es lo más importante para proteger y mantener el yacimiento", añadió. Uno de los cinco expertos que participará en el consejo de patrimonio local es Nicolás Alonso, el historiador que dirigió las excavaciones en el yacimiento de Traslaiglesia durante la primavera de 2014.

Tras la investigación, el equipo formado por Alonso, Valentín Álvarez y José Ignacio Chaparro, descubrió restos de un muro datado entre los años 80 y 240 después de Cristo. Es, por tanto, una estructura de la época romana cuyos restos se enmarcan en la fase imperial: entre el emperador Tito, de la dinastía Flavia, y la anarquía militar del siglo III.

Además, la moneda hallada en la excavación es de bronce y está acuñada entre el año 253 y el 268, con el busto del emperador Galieno en el anverso y un Pegaso rampante en el reverso. Otro de los descubrimientos más importantes es un tumba en la que está enterrado un varón de entre 26 y 29 años, de 1,70 de estatura, con buena salud dental y una actividad física intensa en las extremidades superiores. Está datado entre 1020 y 1155.