"Entre los tres barcos, el 'Esmeralda III', el 'Berriz Amatxo' y el 'María Digna II' hemos facturado unos 91.000 euros de los cuales 12.000 se van en gastos fijos como seguros, gasoil o víveres sin contar los sueldos de los marineros, que estimo que serán de unos mil euros", aseguró ayer el patrón de uno de los boniteros que descargó en Avilés los primeros ejemplares del pez del verano. Los marineros partieron del puerto avilesino el 8 de mayo y regresaron a tierra firme el pasado sábado, veinte días de navegación después. Con Álvarez Garaot viajan diez personas en el "Esmeralda III" y otros tantos en el "Berriz Amatxo", también de su propiedad aunque este último con base en Hondarribia. Los marineros partirán de nuevo rumbo a las Azores a finales de semana. "Hasta entonces hay que aprovechar para estar con la familia, con los críos", dijo el armador y patrón de la cofradía "Virgen de las Mareas" de Avilés.

La próxima vez que Álvarez o Juan Carlos García Suárez descarguen en Avilés bonito del Cantábrico, una de las especies más importantes para la economía de los marineros asturianos, este cotizará previsiblemente más barato que ayer, cuando los primeros kilos se rularon a doscientos euros. Los principales clientes de estos "lobos de mar" son grandes superficies comerciales y también responsables de pescaderías más modestas. "Todo se destina al consumo fresco, nosotros no interesamos a las conserveras, que suelen tirar de lo que ofrecen los grandes pelágicos, que en su mayoría es pescado abrasado y castigado", precisó Juan Carlos García Suárez, patrón del "María Digna II".

Los patrones que ayer inauguraron la campaña de bonito del Cantábrico en el país confían en el éxito de la costera si se alían capturas y precios. El pasado año los marineros calificaron la costera de "auténtico fiasco", con unas capturas insignificantes. Casi medio centenar de embarcaciones participó entonces en la campaña, una cantidad superior a la de años anteriores ya que a los habituales de Avilés, Vega, Cudillero o Llanes se sumaron los barcos de comunidad que normalmente iban a la merluza a Francia pero que, por falta de cupo, optaron por cambiar de especie.