La presencia, la sonrisa y la mirada son tres aspectos esenciales en la comunicación emocional, señaló ayer Ana Fernández Mera, coach profesional y directora de Lideria Excelencia, en la charla que junto a Pedro Luis Menéndez -formador en oratoria- ofreció en el Club LA NUEVA ESPAÑA de Avilés. Asimismo, indicó tres trucos para establecer una buena comunicación emocional: "Saber para qué estamos hablando, desde qué emoción vamos a hablar y qué queremos conseguir con lo que diremos".
Durante el acto celebrado en la Casa de Cultura, ambos profesionales pusieron de relieve que comunicar emociones es aún un reto por resolver en la ciudadanía española. En este sentido comentaron cómo los líderes de los cuatro principales partidos políticos "no son buenos comunicadores porque no transmiten emociones", apuntaron.
Tras definir la comunicación emocional como "la capacidad fundamental para dar a conocer a los demás lo que piensas, sientes y eres", Pedro Menéndez indicó que la base de esta competencia está en "saber qué comunica cada emoción". "No estamos gestionando bien las emociones porque no somos competentes hablando", dijo para añadir que "la comunicación emocional es la que impacta y por la que el otro te va a recordar".
El formador en oratoria inició su intervención aclarando la diferencia entre los sentimientos y las emociones. "Tendemos a mezclarlos y son dos cosas distintas. Los primeros tienen una duración y una trayectoria, mientras que los segundos son un flash". En este sentido, se refirió al control que las personas tienen de las emociones fruto de la educación recibida. "Lo recibimos desde la familia. Todos tenemos cadenas desde niños. Incluso se nos puede enseñar que sentir es peligroso", manifestó para referirse a los roles que la cultura asigna a cada sexo o los tópicos con los que se crece.
Por su parte, Ana Fernández explicó algunos de los retos que tiene ante sí la comunicación emocional. Citó tres: el cerebro como el espacio en el que se aloja, la conexión -"comunicamos para conectar, pero tenemos miedo a desconectar por la vergüenza, la vulnerabilidad o el no ser capaces de llegar a donde queremos"- y la competencia. También hizo hincapié en cómo una mala gestión de las emociones y una represión de las mismas puede desembocar en la depresión. Pedro Menéndez incidió en esta cuestión y apuntó que "hay emociones muy castigadas en la sociedad. El control absoluto nos lleva a la enfermedad".
