Diego Gracia Guillén, profesor emérito de Historia de la Medicina y Bioética de la Universidad Complutense de Madrid, recomendó ayer en el Hospital San Agustín a los especialistas en Salud Mental "aprender a deliberar con los pacientes". Y se remontó a Sigmund Freud, cuyas enseñanzas siguen estando de máxima actualidad. "Freud dio una consigna fundamental: nadie puede ayudar a otro en un conflicto que él no tenga previamente resuelto. Si no podemos deliberar de los valores, no podremos ayudar a los pacientes. Podemos utilizar la farmacología, pero no conseguiremos ayudarlos en la dimensión de los valores", señaló este especialista en Psicología y Psiquiatría, considerado uno de los grandes expertos españoles en Bioética.

El médico, escritor y filósofo ofreció la conferencia de clausura del 13.º Simposio Nacional sobre Tratamiento Asertivo Comunitario en Salud Mental que se celebró durante los dos últimos días en el centro hospitalario avilesino. El San Agustín pretende impulsar a principios de 2017 un máster online sobre ética y salud mental de la mano de Diego Gracia Guillén, el gran dinamizador de la bioética en España.

El especialista analizó el "pacto" que se da entre el terapeuta y el paciente, "un acuerdo en el que el enfermo promete la más cabal sinceridad" y el médico "la más estricta discreción, confidencialidad y ayuda". "Se trata de una alianza puramente cognitiva, un pacto intelectual, pero es evidente que la terapia también va a remover el vector emocional, y esto es lo más complicado y difícil de manejar", expuso para enlazar con la "Teoría de la Transferencia". "El terapeuta cobra un rol normativo ideal que hace que el paciente fácilmente se convierta en una especie de siervo, manipulable. Y eso puede influir o cambiar el sistema de valores del paciente. El profesional tiene que ser neutral", prosiguió.

Entonces, ¿cómo debe actuar el psiquiatra? Según expuso el experto, existe la posibilidad de "ir soltando valores que le puedan servir al paciente para estar más sano, o ser el espejo puramente neutral en el que el paciente se pueda reflejar". Pero para Gracia Guillén, hay una tercera táctica, la que él recomienda, y que se remonta a los tiempos de Aristóteles, "la táctica de la deliberación". "El método socrático no era imponer, sino razonar. A Sócrates lo condenaron porque les quitaba a la razón a los jóvenes de Atenas pero no les decía qué tenían que hacer (...). Todos tenemos que reflexionar sobre los valores", recordó a los participantes en el simposio el experto en Bioética. Para Gracia Guillén, "la deliberación es la salida". "Hay que aprender a deliberar con los pacientes, lo que hacía Sócrates con los jóvenes, porque no hay hechos sin valores y los valores los metemos sin rondón", concluyó.