En referencia al comunicado de prensa del equipo directivo del Conservatorio publicado el pasado 3 de julio, donde se desvela información de hechos supuestamente acontecidos en el último consejo escolar del curso y donde se me cita expresamente de manera directa, yo, Antonio Díez, profesor del Conservatorio "Julián Orbón" de Avilés, delegado sindical y miembro del consejo escolar, me veo en la necesidad de salir al paso de unas informaciones que considero me dejan en mal lugar y resultan en gran medida incorrectas, cuando no injuriosas hacia mi persona. Aunque este comunicado de prensa fue publicado en nombre del equipo directivo el pasado domingo, esta semana no he podido acceder al acta oficial de dicha reunión del consejo escolar, siendo informado de que el acta aún no ha sido elaborada, motivo por el cual me es imposible, por el momento, presentar las oportunas alegaciones a la misma. Por estas razones, he decidido finalmente salir públicamente a desmentir y rectificar informaciones que entiendo afectan a mi trayectoria y mi honor profesional.

En primer lugar, quiero aclarar que, al contrario de lo que sostiene el equipo directivo en su comunicado, acusándome sin ningún tipo de pruebas, en ningún momento he filtrado a lo medios los hechos acontecidos en ningún consejo escolar y mucho menos he difundido nota de prensa alguna al respecto, no sé de donde sacan semejante cosa. Si hubo filtraciones vendrán por otro sitio. Quien ha filtrado, indudablemente, cuestiones relativas a la última reunión del consejo escolar ha sido el propio equipo directivo a través de su comunicado de prensa, mezclando además informaciones sesgadas, con suposiciones y con juicios de valor bastante poco afortunados.

En segundo lugar, parece completamente improcedente, por no decir de mal gusto, que desde el equipo directivo se falte al respeto a dos miembros del consejo escolar, mencionándolas como "dos representantes del sector crítico con el equipo directivo, una alumna que finaliza ahora sus estudios y su madre, que causan baja indefectiblemente en el consejo escolar, siempre y cuando no inventen alguna argucia, aunque sea ilegal, para tratar de continuar en los órganos del centro". Resulta desagradable y ofensivo. Hasta dicha reunión, estas dos representantes electas ejercen como miembros de pleno derecho del consejo escolar y no sólo merecen un respeto por sí mismas, sino que cuando se las intenta desprestigiar a ellas, se hace también igualmente con todos aquellos padres y alumnos a quienes representan legalmente.

En tercer lugar, quiero negar categóricamente que, en ningún caso, haya faltado personalmente al respeto a la presidenta "accidental" ni nada que se le parezca, siendo únicamente advertido, en un momento puntual, de que no debía hacer uso del ordenador ubicado en la misma sala de profesores en el transcurso de la citada reunión, requerimiento al que atendí seguidamente. Si esto es una reiterada falta de respeto personal hacia nadie, "que venga Dios y lo vea". Al final de la reunión, y no anteriormente para no entorpecer el buen desarrollo de la misma, tomo la palabra en el turno de ruegos y preguntas y, tras mostrar documentalmente que la dirección del centro, entiendo que de forma temeraria, cuestiona la situación laboral de cuatro compañeros, procedo seguidamente a solicitar su cese, sumándose a dicha petición la mayoría de los miembros asistentes a dicho consejo. Ni me compete ni me ocupa determinar si dicha petición fue formalmente válida o no. Quien quiera acogerse a un defecto de forma para tratar de acallar, una vez más, lo que es un clamor dentro del conservatorio, se equivoca.

Quiero aclarar que ni busco protagonismo alguno, ni lidero nada ni a nadie, y si alguien pretende confundir mi abierta oposición a la línea emprendida por la dirección del centro y mi apoyo laboral a los compañeros con objetivos personales de algún tipo, no merece mayor comentario por mi parte. En 16 años que llevo ejerciendo como delegado sindical, con acceso a información y documentación de todo tipo, puedo afirmar que los problemas de índole laboral han sido inexistentes en nuestro conservatorio hasta tiempos bien recientes, sin que en todos los años anteriores, desde ninguna instancia, ni académica ni de otro tipo, se me haya manifestado la existencia de irregularidad alguna en el contrato o titulación de ningún profesor.

Cuando, recientemente, han surgido este tipo de problemas, siempre he recomendado a mis compañeros intentar solucionarlos por cauces internos, ya que, de otorgarles la mínima credibilidad a los mismos, lo último que debería hacerse es airearlos en la prensa. Desafortunadamente, de un tiempo a esta parte, cada día nos vemos en los periódicos envueltos en rumores y acusaciones de todo tipo, lo que incide negativamente en el ánimo del profesorado: presunta falta de titulaciones, supuestos contratos irregulares, informaciones sesgadas e incorrectas como es este caso, o incluso afirmaciones completamente irresponsables donde se llega a dudar hasta de las propias titulaciones que lleva expidiendo nuestro conservatorio desde hace varias décadas.

Parece difícil no ver en todo esto una campaña hostil, acrecentada tras la sentencia del juzgado 5 de finales de mayo contraría a los intereses de la actual dirección del centro, campaña que se retroalimenta en una absurda "teoría conspiranoica" que, por lo que se deduce de lo publicado desde algunos sectores de la prensa, implicaría ya: a un exdirector, a la mayoría del claustro de profesores, a la mayoría de miembros del consejo escolar, a este delegado sindical, a la inspección educativa, a los servicios jurídicos del Ayuntamiento, a los padres, a un jefe de servicio, a una concejala, a la Alcaldesa, a responsables políticos de todo tipo y color... ¿A dónde se pretende llegar con todo esto?