La novelista australiana Francesca Haig es la autora de la trilogía apocalíptica sobre hermanos enfrentados en un mundo pasado por las llamas que abre la novela "El sermón del fuego" y continúa con "El mapa de huesos". El próximo viernes es la fecha límite que tiene para entregar la tercera novela del conjunto, el cierre de su primera aventura narrativa. Mientras tanto, la también profesora en la Universidad de Chester, en el Reino Unido, atiende a LA NUEVA ESPAÑA en el vestíbulo del hotel en el que se aloja estos días del Festival Celsius 232.

-¿Cómo se pasa de escribir poesía a publicar una trilogía de carácter distópico?

-Comencé a escribir esta novela casi por accidente, no sabía si la terminaría. No me había imaginado nunca dentro del género de ciencia ficción y distopía. Mi transición de un género a otro no se produjo de forma consciente.

-¿Eso quiere decir que puede volver a la poesía?

-Pues sí, la verdad, espero volver a escribir poemas en cuanto termine esta trilogía. En teoría entrego el tercer libro el viernes que viene, así que podré volver a relajarme y supongo que la poesía acabe volviendo. Es una afición crónica, no la podría dejar nunca.

-¿Después de terminar la trilogía ya sabe qué va a hacer?

-Descansar, estoy agotada. Cada vez que empiezo un libro y llego a un punto en el que sé que lo tengo que terminar me acuerdo de lo cansado que resulta. Tras unas merecidas vacaciones tengo en mente tres historias para nuevas novelas, relacionadas con la temática de crimen y misterio. También espero volver a escribir poesía, como le digo. Lo necesito.

-El género de distopía parece estar de moda otra vez.

-Sí. Por eso creo que un par de editoriales rechazaron mi primer libro, pensaban que el género estaba a punto de tocar techo. Se equivocaban, claro. Las distopías no son una moda de ahora, esta temática lleva teniendo mucho éxito desde hace ya décadas. Pero las distopías, a día de hoy, no parecen tan disparatadas.

-¿Son realistas?

-Los libros son iguales, lo que han cambiado han sido los tiempos. Vivimos en tiempos distópicos, en un mundo de desigualdad. Los ricos son más ricos y los pobres son más pobres; estamos creando esa brecha de clase propias del género literario. Vivir en Inglaterra, con una diferencia social tan marcada, te hace leer libros como "Los Juegos del Hambre" y ver tu ciudad representada en un libro postapocalíptico.

-"Sermón de fuego" está causando bastante revuelo en España.

-No me esperaba una acogida tan buena. En realidad esta trilogía está llegando muy lejos y acabo por perder un poco la pista. En viajes como éste me doy cuenta. Lo que he descubierto en Avilés es que los lectores son muy jóvenes, casi me siento responsable, porque a veces mis libros son demasiado oscuros de leer. No quiero traumatizar a mis lectores españoles.