El amor y el deseo erótico no son exclusivos. Al menos eso opina la experta Ana Fernández, que en su charla de ayer en los cursos sobre sexología de Avilés reivindicó la normalidad del deseo hacia extraños en una vida de pareja estable.

La sexóloga no cree en la exclusividad amorosa. "Existen ciertos prejuicios morales que identifican la relación de pareja con la exclusividad más absoluta, como que no podemos tener ojos para nadie más", dijo. Es decir, desear a otra persona no implica que alguien deje de querer a su pareja. "El amor evoluciona, pero el deseo, por lo general, es pasajero", añadió.

Fernández indicó que la imagen que los roles sociales proyectan del amor muestran a una persona absoluta y única que todo lo acapara, alguien al que se busca durante toda la vida. Una vez que se encuentra, no es necesario nada más. La sexóloga explicó ayer su punto de vista con una comparación culinaria. "Puedes comer todos los días comida de autor y que de vez en cuando te apetezca un pincho de tortilla. No es pecado querer un poco de tortilla", sentenció.

El deseo promiscuo parece estar más aceptado en el colectivo masculino y heterosexual. "Queda muy de machito que te gusten otras chicas y si te controlas es porque eres todo un caballero. Pero si eres una mujer casada y te atrae otro hombre eres una degenerada", ironizó la experta. Y explicó que los homófobos tienden a criticar las relaciones entre hombres por considerarlos promiscuos o poco fieles.

Fernández apostó por utilizar el término "lealtad". "Hablar de fidelidad, a día de hoy, esconde muchos prejuicios morales que vienen de muy antiguo", explicó. Hace décadas, el matrimonio era un compromiso para toda la vida, así que sentir atracción física fuera de la vida en pareja era considerado como alta traición. Hoy, la sexóloga entiende que la sociedad ha avanzado lo suficiente como para dejar atrás un concepto que ella considera arcaico y normalizar el deseo erótico dentro y fuera de la pareja. "El deseo no tiene nada que ver con la infidelidad. Que alguien te atraiga físicamente y te remueva las tripas no quiere decir que no quieras a tu pareja ", dijo. Otra cosa es que, después de un tiempo, ese deseo evolucione. "Todas las relaciones empiezan con un sentimiento de deseo; algunas terminan cuando ese deseo desaparece y surge otra persona que suple esa necesidad", remató.

Fernández prefirió no darle demasiada importancia al deseo mientras se limite a una mera atracción física. "Sin amor, lo normal es que el deseo hacia otra persona desaparezca. El amor evoluciona; el deseo es más fugaz", indicó. Y aseguró que es necesario normalizar este sentimiento para evitar confusiones innecesarias. "Muchas parejas piensan, en estos casos, que se están enamorando de otra persona cuando en realidad es algo que pasa en todas las relaciones. Como no se habla del tema, se duda", apuntó.

Su charla se enmarcó en el Curso de Extensión Universitaria de Sexología, que se imparte durante toda esta semana en el Centro de Servicios Universitarios de Avilés. Aunque está orientado a alumnos matriculados, la asistencia a las charlas es gratuita.