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"Melca no puede recuperar senda alguna: lo tienen que liquidar", afirma su fundador

José Luis García Arias, que prepara su lucha judicial contra la partición del grupo, sostiene que "no está asegurada la viabilidad de las empresas filiales"

"Melca no puede recuperar senda alguna: lo tienen que liquidar", afirma su fundador

"El Grupo Melca no puede recuperar senda alguna: lo tienen que liquidar, que eso es lo que hace un liquidador", sentenció ayer el empresario José Luis García Arias, el fundador de la corporación industrial que controlan desde el viernes sus hijos Daniel y Elena García y su esposa, Isabel Becerril, tras defenestrarlo. Con estas palabras a LA NUEVA ESPAÑA -las primeras que pronuncia desde que estalló la crisis- quiso salir al paso de lo que dijo ayer Daniel García por medio de un comunicado de prensa. El liquidador de Cartera de Inversiones Melca había asegurado: "Nuestro único objetivo es trabajar en favor de Melca y recuperar la senda de crecimiento que se había perdido en los últimos tiempos por una gestión, cuando menos, desafortunada". La crisis del holding estalló el pasado 6 de mayo, como desveló este diario, y desde entonces no ha parado de recrudecerse.

"Para liquidar el Grupo tienen que vender las empresas, que son sus únicas propiedades. Si no venden, ¿cómo demonios piensan liquidar? Luego tienen que abonar las deudas y, con lo que sobre, pagar a los propietarios de las acciones. De acuerdo, sí, las filiales van a seguir funcionando, pero sólo hasta que concluya su venta. Eso es lo que hacen los liquidadores", espetó ayer el fundador de la corporación. "La ley impide que un grupo en liquidación pueda crecer, sólo puede mantener sus activos. Es muy sencillo de entender", dijo. Para el impulsor del conglomerado, que da empleo a 150 personas, "no está asegurada la viabilidad de las filiales". "Necesitan el acuerdo de todos los propietarios", añadió. "Y no lo van a alcanzar tomando decisiones tales como nombrar administradora del Hotel Villa de Avilés a una mujer cuya única experiencia en los hoteles es cuando firmaba la inscripción en la recepción del Danieli de Venecia o del Ritz de Madrid", apostilló el industrial en referencia a su esposa, Isabel Becerril.

"Van y dicen que está en la naturaleza de las empresas sobrevivir a las personas. ¿No es al revés?", se preguntó el empresario. Daniel García explicó que la opción de la liquidación -incluida en el orden del día de la junta de accionistas fallida celebrada el pasado 25 de julio- es "un proceso perfectamente reversible y que no implicará ni la venta ni el cierre de las filiales". "Eso es mentir", recalcó José Luis García Arias.

La mayoría accionarial pretendía nombrar el administrador único del Grupo Melca. No pudo lograr este objetivo al no tener un porcentaje accionarial que se pudiera constituir en mayoría reforzada. Por esta razón optó por nombrar un liquidador (eso estaba previsto en el tercer punto del orden del día de la última junta de accionistas). "Un liquidador puede actuar como un administrador, pero no es un administrador: es un liquidador", subrayó el empresario lucense. El proceso en que acaba de entrar la corporación tiene dos fases -según indicaron fuentes consultadas-: la redacción de un informe de propiedades (los tres primeros meses desde la toma del poder) y su transformación en dinero (hasta tres años).

José Luis García Arias rechazó también los primeros pasos dados por los nuevos gestores de la corporación que había fundado y que se hicieron efectivos a la vez que el Registro Mercantil inscribió a Daniel García como liquidador de la corporación, una decisión que el industrial ha decidido impugnar en los tribunales.

Nada más admitirse el nombramiento de Daniel García se supo que había quedado al frente de Montajes Eléctricos del Cantábrico (Melca), la primera pieza del imperio que había levantado García Arias. Esta empresa se dedicaba a dar servicio a la antigua Ensidesa. Melca hace tiempo que ha cambiado su razón social. Actualmente exporta instalaciones metálicas prefabricadas, cuya construcción subcontrata. Tiene un capital social que ronda los 4 millones de euros. La empresa Secal es la otra que se ha reservado el liquidador del holding. Esta empresa era la que gestionaba el antiguo geriátrico del Hotel Avilés, es decir, en Ingenieros. No tiene actividad, pero sí un capital social que ronda los 100.000 euros. Elena García, por su lado, gestionará de manera directa la constructora SIA y el taller mecánico Arside, que da servicio, entre otras, a la multinacional Arcelor-Mittal.

Las otras sociedades de la corporación están pendientes de reestructurarse y esto no se ha hecho aún porque "tienen más socios que el Grupo Melca". Es lo que sucede, por ejemplo, con Construcciones Avilés, con el Hospital de Luarca o con el laboratorio farmacéutico. "El próximo objetivo de ellos, estoy convencido, es modificar los estatutos de las filiales de socio único para poder establecerse un salario cada uno de ellos. Por el momento, eso sí, no se conoce en el Registro Mercantil esta modificación", señaló García Arias.

Melca está en disolución, según explicó su actual liquidador, porque "la mayoría de los socios no estábamos conformes con la concentración del riesgo en bolsa, en detrimento de la inversión empresarial u otras de menor volatilidad y mayor valor añadido para el futuro del Grupo". Los trabajadores se mantienen a la expectativa.

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