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Un empresario quiere abrir un tablao y una discoteca gay en el polígono de la ría

El dominicano Juan Francisco Acosta gestiona la financiación para montar un macrocentro de ocio de tres plantas que esté activo las 24 horas

Juan Francisco Acosta, en el interior de la nave. RICARDO SOLÍS

Juan Francisco Acosta, un dominicano afincado en Asturias que regentó en el pasado varios locales de ocio, proyecta la apertura en una nave del polígono de la ría de un complejo con ocho ambientes diferentes, entre ellos un tablao flamenco y una discoteca orientada al público homosexual. El principal escollo pendiente de resolver es la financiación, que Acosta ya gestiona con un banco por importe de un millón de euros, y que se halla a expensas de un plan de viabilidad que el empresario prepara con la ayuda de un técnico del centro de empresas La Curtidora.

La idea a la que Acosta quiere dar forma consiste en abrir un macrocentro de ocio cuya columna vertebral sería una cafetería con atención al público 24 horas al día y servicio de comida rápida; el resto de piezas que componen el proyecto son una sala de fiestas preparada para conciertos de música en directo, un área comercial con colmado dominicano y bodegón asturiano que venderían productos típicos, un tablao flamenco, la disco gay, un salón multiusos capaz de albergar presentación comerciales o convenciones y un restaurante.

La nave que albergaría el proyecto ocupa una superficie de 490 metros cuadrados y dispone de espacios aprovechables en tres plantas. La elección del polígono de la ría para ubicar el proyecto no es casual: "Se trata de un gran área industrial en la que apenas hay oferta hostelera, alejada de zonas residenciales a las que generar molestias, con facilidades para el aparcamiento y en pleno cogollo de la actividad empresarial de la comarca; no se me ocurre un lugar mejor para un negocio como el que planeo".

Juan Francisco Acosta arrendó con opción a compra en 2009 la nave que ahora pretende convertir en un nuevo referente del ocio comarcal y la adaptó como sala de fiestas manteniéndola en funcionamiento con algún que otro altibajo hasta que en 2013 la quiebra de la empresa arrendadora hizo entrar en escena a Caixabank, que embargó el edificio para cubrir las deudas de la propietaria original. Empezó entonces un calvario judicial que estuvo a punto de deparar el desahucio del empresario, a quien apoyaron entre otros los grupos políticos locales de Somos y Ganemos y la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). En estos momentos, Acosta asegura tener cerrado un acuerdo con Caixabank para la compra de la nave y confianza en conseguir los fondos necesarios para acometer las obras que permitan abrir este mismo año los diferentes locales proyectados.

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