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BRUNO ESTRADA | Adjunto al secretario general de Comisiones Obreras en España

"El acuerdo migratorio con Turquía nos deja atados de pies y manos en el futuro"

"La crisis de refugiados es ejemplo evidente del fracaso del modelo de la UE"

Bruno Estrada, ayer, en La Granda. RICARDO SOLÍS

El economista Bruno Estrada es adjunto al Secretario General del sindicato Comisiones Obreras (CC OO) en España y fue el encargado de abrir ayer el curso "Emigrantes, refugiados. Dos caras del gran problema humano de nuestro tiempo", el sexto de los programados este mes de agosto en el chalé de La Granda. Conversa con LA NUEVA ESPAÑA en el porche del palacete, a orillas del pantano gozoniego.

-Tras el intento de golpe de Estado en Turquía, ¿qué va a pasar con el acuerdo sobre los refugiados que firmó con la Unión Europea (UE)?

-Hay juristas que dicen que incumple la convención de Ginebra de 1951 porque Turquía limita su concepción de refugiado. Ese acuerdo nos deja atados de pies y manos en el futuro. Vamos a estar a lo que decida el gobierno turco sobre los flujos migratorios en función de sus propios intereses. Y los suyos no tienen por qué coincidir con los intereses de la Unión Europea.

-¿Fue buena idea?

-Yo creo que ha sido un verdadero error firmar ese convenio.

-El convenio sobre los refugiados se firmó a instancias de Hungría, que rechaza la emigración en su país. ¿Se actuó bien?

-El problema es que tenemos un gobierno en la UE muy orientado por políticas de derechas y el modo en que nos enfrentamos al tema migratorio no hace más que probar lo que digo. ¿Es posible cambiar esto a corto plazo? Es función de los actores sociales. Las políticas migratorias de la UE responde a esas políticas que no dan soluciones a los problemas que tenemos.

-¿Y nada más?

-No, qué va. No soluciona problemas, los genera. Sobre todo, por la dependencia que tenemos con Turquía.

-¿El huracán turco se va disipar?

-Yo creo que a corto plazo no, porque la Unión Europea ha dado un poder muy fuerte a Turquía.

-España aceptó miles de refugiados, pero hasta hace nada sólo había permitido la entrada de dos decenas. ¿Cómo se explica esto?

-Los países de la Unión Europea están incumpliendo los objetivos en términos migratorios que han decidido ellos mismos. Ha habido una aprobación de dos directivas que no se han traspuesto a la legislación nacional.

-Y por este incumplimiento no se generan multas.

-Sale gratis incumplir la ley, pero hay un planteamiento más: si apruebas una legislación y no la cumples lo que tienes que hacer es repensar todo el proceso. La crisis de refugiados es ejemplo evidente del fracaso del modelo actual de integración, que sólo atiende las cuestiones económicas. No encontraremos soluciones a estos problemas en la medida que no construyas espacios sociales y políticos en igualdad de derechos.

-¿No tiene la sensación de que para países como Hungría tener problemas migratorios es mejor que no tenerlos?

-La situación de Hungría viene dada porque tiene un gobierno que, en términos españoles, podríamos calificar de ultraderecha y, por tanto, tiene muchos menos compromisos con las directivas europeas que otros estados miembros. Hungría es una anomalía dentro de la UE que esperemos que no se extienda y generalice. Hay que recordar que, en Austria, el partido ultraderechista estuvo a un pelo de hacerse con la presidencia.

-¿Desde el punto de vista económico la llegada de emigrantes positiva?

-En términos económicos agregados, la llegada de los emigrantes a un lugar es siempre buena. La parte de la población que sale de un país siempre es la más activa, la que tiene la voluntad de cambiar, de aprender cosas. En general, además, son los dinamizadores de aquellas sociedades en las que recalan. Esto no quiere decir que en algunos espacios se puedan producir conflictos. Las sociedades más desarrolladas del planeta son las que reciben emigrantes.

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