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MIGUEL ÁNGEL ALONSO TRECEÑO | Escritor avilesino, autor de un libro de haikus

"Todo lo japonés es tendencia, aunque no sé si seguirá el tirón mucho tiempo"

"Para mis poemas me inspiro en momentos del día: en el paso de un pájaro, en la puesta de sol..."

Miguel Ángel Alonso Treceño, con su libro. MARA VILLAMUZA

Inspirados en la naturaleza y en el paso del tiempo, hay constancia de los haikus japoneses desde el siglo VIII. Ahora, este tipo de poesía de tres versos (con cinco, siete y cinco sílabas en cada uno de ellos) está de moda en Occidente. Lo demuestra Miguel Ángel Alonso Treceño (Avilés, 1970), que cultiva este género, en español, sin haberse subido "al carro de los gafapastas". Lo hace como escritor desde hace siete años, aunque lo descubrió como lector hace más de dos décadas. El pasado mes de septiembre presentó su primera compilación, "Cinco, siete, cinco", en la que trata de plasmar el trabajo callado que ha llevado a cabo hasta ahora.

-¿Cómo descubre un avilesino, hace 20 años, los haikus?

-Siempre me interesó mucho lo oriental: el budismo, el hinduismo... Y cuando descubrí los haikus me llamaron mucho la atención. Pese a su brevedad, hay algunos que son auténticas obras de arte.

-Pero de ahí a escribirlos hay un trecho.

-Siempre me gustó escribir poemas, aunque eran muy malos. Pero tenía el gusanillo. En 1999, descubrí "Rincón de Haikus", de Benedetti, y caí de la burra. Me dije: "Esto es lo que quiero hacer". En un primer momento, los empecé a subir a Twitter, porque por su brevedad, cabían en una publicación; y luego creé un blog donde los seguí subiendo.

-¿Cómo llega el salto al papel?

-Hace algo más de un año, en la revista "Maremagnum" hicieron una compilación de haikus y me publicaron tres. Nos pidieron escribir un currículum y tiré el órdago de poner: "Miguel Ángel Alonso Treceño está escribiendo un libro de haikus". Después de eso ya no me podía echar atrás.

-O sea, que todo viene de una brabuconada.

-En parte sí, pero también es cierto que ya tenía material suficiente. Le pedí ayuda a Mario Vega (director de "Maremagnum"), y entre los dos seleccionamos 240 poemas de entre más de 400. Luego tuve la fortuna de que a Editorial Camelot le gustó y me lo publicaron.

-¿En qué se inspira para componer más de 400 poemas?

-En la vida cotidiana. Yo no hablo del bambú ni de nada de eso. Me inspiro en momentos del día, en el paso de un pájaro, en una puesta de sol o en cualquier emoción que me transmite un instante. Otra peculiaridad de mi obra es que busco mucho el aforismo. De hecho, la mayoría de mis composiciones quedarían bien si las escribiese en una misma línea.

-Tres versos y diecisiete sílabas. ¿Cuánto se tarda en construir esta estructura?

-No es tan fácil como parece. Además, yo soy muy "tiquismiquis". Los leo, releo y no paro de hacer cambios. De hecho, no puedo volver a mirar los que ya están publicados, porque me apetece hacer mil cambios.

-¿Le ha abierto muchas puertas contar con una publicación en el mercado?

-De momento, la obra está teniendo buena acogida. Llevo más de 100 ejemplares vendidos. Además, también me he presentado a varios concursos y me está yendo bien. De hecho, recientemente quedé segundo en el certamen "Haiku Barcelona".

-Concursos, publicaciones de libros... El haiku está de moda. ¿Es pasajera?

-Todo lo japonés es tendencia: la comida, la cerveza, el cine... Sí es cierto que ahora en España se está extendiendo bastante, pero es complicado saber si seguirá teniendo tirón.

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