La auxiliar Arside Construcciones Mecánicas, una de las joyas del grupo Melca, "cerrará pronto", advirtió ayer a este diario el veterano empresario José Luis García Arias, fundador de un "holding" de empresas en liquidación desde que a finales de este mes de julio su hijos Daniel García Becerril y Elena y la madre de ambos -Isabel Becerril- tomaron el poder en la sociedad en una polémica junta general de accionistas que ya ha sido impugnada en los tribunales.
Melca da empleo, por el momento, a 150 personas que trabajan en más de una decena de compañías: 28 de ellas, en el taller de reductores cuya viabilidad está puesta entre interrogantes. Los trabajadores de la auxiliar reconocieron que "desde septiembre la caída de obra es más que patente". También señalaron, sin embargo, que, hasta ahora, cobran las nóminas "al día". La actividad en la compañía se ha venido manteniendo, aseguraron, "por la producción almacenada".
El principal cliente de la compañía es Arcelor-Mittal, es decir, el futuro de la empresa siempre ha estado al albur de la gran siderúrgica (así ha sido desde 1973, cuando se fundó la sociedad). "Últimamente, los pedidos han caído mucho, aunque hace un par de semanas llegaron pequeños encargos", apuntaron los trabajadores. José Luis García Arias, sin embargo, dijo ayer que "tanto si tiene como si no tiene obra, el futuro de la compañía es el cierre".
Los trabajadores no recuerdan una situación como la presente, donde la tarea cae cada día. Lo achacan a la coyuntura económica, pero también al enfrentamiento entre los socios propietarios. Elena García Becerril es la nueva administradora de la sociedad desde que descabalgó a su hermano Miguel, que sigue apoyando al fundador del conglomerado de empresas.
"La caída de producción va a dificultar su venta, que es lo que tienen que hacer los liquidadores, pero no hay que olvidar que si no hay tarea es porque los que controlan el grupo lo pusieron liquidación y liquidar es liquidar. ¿Quién va a encargar nada a Arside si sabe que está en liquidación?", explicó García Arias. "Si no sabes si respondes al pedido, no te dan el pedido", apostilló. El fundador de Melca asegura que "la obra que queda es para mes y medio o, como mucho, dos meses, a partir de entonces viene el cierre", vaticinó. "La labor encomendada a los liquidadores no es cerrar, es vender, convertir en dinero las propiedades de la sociedad matriz y Arside es una de ellas", insistió el veterano empresario.
Los caminos en los que pueden aventurarse los liquidadores de Cartera de Inversiones Melca al respecto de Arside son dos, explicó García Arias. "Si vuelve la obra podrán vender la empresa como unidad productiva, es decir, como un todo. Lo que sucede es que no será una venta fácil, incluso en el caso de que los liquidadores se hagan cargo de los gastos sociales del cierre, porque cerrar también cuesta dinero", recalcó. "La segunda posibilidad es que se corte el grifo y deje de haber obra. Entonces el cierre durará lo que tarden en acordar un ERE con los trabajadores. Y el dinero que sacarán será nada", subrayó el veterano empresario. "Cuanto más tiempo mantengan la empresa como si nada, como si no estuviera en liquidación, será peor: perderá más valor", añadió.
Lo que se avecina, dice García Arias, "es una venta por trozos de Arside". Esto es, maquinaria, naves... Se da la circunstancia, sin embargo, de que "las naves de Arside son propiedad de SIA, otra sociedad de Melca. Lo único que tiene es maquinaria, pero está obsoleta", apuntó.
Arside, Construcciones Mecánicas es propiedad al 100 por ciento de Cartera de Inversiones Melca desde que José Luis García Arias la compró en 1989. Había sido fundada en 1973 y hasta el momento en que cambió de propiedad se llamó Talleres Honrubia. Perteneció al grupo Samoyco, que fue una de las principales sociedades de la industria auxiliar.
