Los plenos municipales avilesinos están que arden últimamente, hasta el punto de que varios ediles han tirado de exabruptos para sus intervenciones, como el "os jodéis" que espetó el pasado jueves el portavoz de Somos, David Salcines, o "la cagaste" que le soltó la concejala de Hacienda, Raquel Ruiz, a Primitivo Abella (Somos) durante el debate de las ordenanzas fiscales, a cuenta de los datos del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). Hasta ahora, las sesiones plenarias, aunque no exentas de polémicas, habían transcurrido por derroteros lingüísticos menos "callejeros". Buena parte de los concejales, en privado, admiten que el tono "se ha elevado" y las crecientes tensiones entre los partidos se ha trasladado a las formas, a pesar de que la alcaldesa, Mariví Monteserín, sigue tratando de usted al resto durante sus alocuciones.
Aún así, es a la Regidora a la que apuntan algunos munícipes. Aseguran que debería "atar" mejor a los intervinientes y no permitir descalificaciones desde ninguna butaca, para evitar el "deterioro verbal" de los últimos plenos. En este sentido, los rifirrafes más duros se han producido entre el PSOE y Somos, que son como el agua y el aceite casi desde el inicio del mandato. En ambos frentes se reprochan los modos.
Según algunos ediles de Somos, el portavoz socialista, Luis Ramón Fernández Huerga, "calienta los plenos como una olla a presión" con sus intervenciones. Y ponen como ejemplo lo sucedido en la sesión ordinaria de octubre, durante la respuesta a una pregunta realizada por Xune Elipe a raíz de una nota de prensa publicada en la web municipal respecto al acuerdo alcanzado con parte de los grupos de la oposición para aprobar las ordenanzas fiscales y que el edil de la formación morada consideró "propaganda partidista". Fernández Huerga no se anduvo por las ramas: "Tenemos una muy buena Sanidad en Asturias. Les recomiendo que vayan por ahí porque debe haber algún tratamiento".
Al margen de cuitas personales, el ambiente crispado que reina desde que comenzó el mandato en los plenos ha derivado ahora en un lenguaje que algunos no dudan en calificar de "chigrero".
