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JESÚS ALLER | Catedrático de Geodinámica de la Universidad de Oviedo, da una charla mañana

"En el tema del centro de la Tierra, Verne no hizo demasiado caso de la ciencia de su época"

"Un viaje al núcleo del planeta con un transporte especial, como plantea una película, es imposible a día de hoy"

Jesús Aller, en una imagen de archivo. NACHO OREJAS

Jesús Aller (Gijón, 1956) es catedrático de Geodinámica Interna de la Universidad de Oviedo y escritor de viajes. Suyos son, por ejemplo, los libros "Asia, alma y laberinto" o "Los dioses y los hombres". Mañana miércoles, a las 20.00 horas, ofrece en el Centro Niemeyer la conferencia "¿Qué hay en el centro de la Tierra?", la primera de las incluidas en el ciclo "Herederos de Verne", que es una actividad paralela de exposición que el complejo cultural dedica al autor de "El rayo verde".

-¿Se puede viajar al centro de la Tierra?

-Es curioso. Julio Verne es considerado el gran anticipador de casi todo: de los viajes submarinos, de los estelares... Pues bien, en este tema del centro de la Tierra no hizo demasiado caso de lo que la ciencia de su época empezaba a probar.

-¿Ah, no?

-Igual es muy osado por mi parte, no soy especialista. Pero me parece que más que una novela científica lo que buscaba era contar la historia más misteriosa del planeta. De ahí que salgan dinosaurios... Aquella época suya fue en la que empezaron a darse a conocer los fósiles de animales que hasta entonces habían resultado desconocidos para el común de los mortales.

-Pero, viajar no se puede viajar, ¿no?

-Tal cual están las cosas, es imposible. No sé si conoce la película americana "El núcleo". Ahí se plantea un viaje al centro con un transporte especial. Actualmente, eso no se puede hacer. Tenga en cuenta que en el centro de la Tierra hace un calor de 6.000 grados. Además, tenemos un presión atmosférica millones de veces por encima de superficie del planeta.

-El centro de la Tierra es como una gran tarta de secciones bien diferenciadas.

-Algo así. Tiene tres capas: corteza, manto y núcleo. Las diferencias entre cada una de ellas son muy señaladas.

-¿Y cómo sabemos todo esto?

-Por el estudio de los terremotos. Su presencia es recogida por cualquier observatorio de la Tierra. Las diferencias recogidas son las que dan respuestas fundadas a lo que sucede en el interior del planeta.

-Lo decía porque nadie ha estado en el centro de la Tierra.

-Claro.

-¿Y lo de los dinosaurios?

-Nada de dinosaurios.

-¿Y qué es lo que hay?

-Una combinación de hierro y níquel. El núcleo externo es líquido y el interno, sólido.

-¿Hay dos núcleos?

-La parte líquida va de los 2.900 a lois 5.150 kilómetros de profundidad. El interno, hasta los 6.370, que es, como sabe, la distancia del radio del planeta.

-O sea, una gran roca rodeada de un río de lava.

-Eso es.

-¿Y por qué?

-Es muy interesante esa pregunta. Según profundizas en la Tierra, aumenta la temperatura y también la presión atmosférica. Y estos aspectos entran en competencia: la presión tiende a solidificar materiales y la temperatura, sin embargo, a fundirlos. En la parte externa gana, la temperatura y en la interna, la presión.

--¿Y por qué sabemos que lo hay es hierro y níquel y no oro, por ejemplo?

-La presencia de hierro y níquel se ajusta bien a las ondas que pasan por el centro de la Tierra, también la densidad del planeta, que sí que conocemos. Además, se da la circunstancia de que sobre el planeta caen meteoritos compuestos, principalmente, por hierro y níquel. Pensamos que estos meteoritos proceden de la desintegración de un cuerpo celeste semejante a la Tierra.

-¿Y todo esto que me dice, está probado?

-Nos movemos en el campo de la hipótesis, pero están bastante bien fundadas.

-¿Y qué debería haber sabido Verne cuando se puso a escribir su novela?

-Se sabía muy poco, pero algo ya empezaba a estar claro. Estamos en 1864, cuando publicó la novela. Estaba claro, por ejemplo, que bajo Tierra había grandes temperaturas.

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