Tino González fue la encarnación avilesina del comerciante que ahora se llama "de proximidad". Allí estaba siempre, a la puerta de su tienda, saludando a este, atendiendo a aquel, reconociendo la ciudad como un mapa del tesoro. Sin embargo, aquellos días se fueron con la crisis, con su muerte. Su esposa, Merche García, tomó el relevo de la tienda en 2012, pero "este negocio ya no es viable", se lamenta. "Me jubilo el día 31 y esto no da más de sí", dice la mujer, que trabajó con su marido en el local de Rui Pérez desde 1983 hasta 2012, que fue cuando falleció el conocido vendedor. "En marzo habríamos llegado a los 41 años", subraya García, que atiende tras el mostrador de cristal de su boutique.

"Todo ha cambiado desde cuando empezamos a ahora", apunta. "Antes venían las camisas en cajas muy bonitas y ahora, todas amontonadas", señala. "Pero nunca dejamos de vender calidad", se enorgullece. Merche García es consciente, sin embargo, de que el mayor cambio ha venido de "grandes superficies y de las rebajas eternas". "Nos quieren ahogar", sostiene. "No se puede estar todo el año de rebajas, que es lo que parecen que quieren", añade.

Tino seguirá vendiendo camisas, trajes, americanas hasta el fines de enero. Todo para el caballero. "Abrió el 6 de marzo de 1976 y yo empecé a trabajar con él en 1982 o 1983", cuenta la comerciante. "Fueron aquellos buenos tiempos: había mucho trabajo en Ensidesa, en las auxiliares, en Asturiana de Zinc... las crisis se salvaban muy pronto... Pero llegó esta, la de 2008. Seguimos en ella. Pensamos hace dos navidades que la cosa iba para delante, pero qué va...", confiesa. Así están las cosas, un panorama que no parece seducir el porvenir. "Así no me quedo", dice García. "Tampoco mi hija. No puedes penar para sacarte un jornal", comenta.

Merche García reconoce, sin embargo, que la tienda ha dado "para vivir cómodamente una familia de cuatro personas". "Pero no se vislumbra futuro; la gente prefiere camisas de veintipocos euros... y luego están las rebajas", insiste. "A veces, te tiras más tiempo con precios de promoción que con precios normales. No parece normal", apunta la comerciante, con un lamento que viene de muchos años de conocimiento de la vida de Avilés. Cuatro décadas dan para mucho.