Carlos Ruiz Zafón (Barcelona, 1964) es novelista meticuloso y cubierto de páginas. Ha tardado más de tres lustros en completar su tetralogía "El cementerio de los libros olvidados" y presenta esta noche (20.00 horas) en el Centro Niemeyer la última parte de su proyecto: "El laberinto de los espíritus" (Planeta, 2016). El resultado de todos estos años, asegura el novelista, le ha satisfecho. Lo que no dice, sin embargo, es cuánto. En declaraciones a LA NUEVA ESPAÑA apunta: "Espero haber creado algo que merezca el tiempo de los lectores y su atención". Y eso parece que lo ha logrado. Son muchos los que se sumergen en las más de dos mil páginas que el barcelonés ha escrito para contar su relación con la ficción.
Desde "La Sombra del Viento" el éxito le acompaña. Antes había publicado algunos libros que contribuyeron a saciar el apetito de sus lectores, pero no demasiado. "Para un escritor tener lectores es un privilegio. Nunca podrían pesar. Lo que pesaría sería su ausencia", señaló Ruiz Zafón. Teniendo tantos seguidores cabe preguntar cómo es el lector ideal de Zafón. Lo explica con claridad: "Uno que aprecia la literatura, el lenguaje, que piensa por sí mismo y que sabe disfrutar de una obra de creación", aseguró. Y también aseguró que "sí" que se los ha encontrado.
Empezó con "La Sombra del Viento" (2001), siguió con "El Juego del Ángel" (2008). A continuación, vino "El Prisionero del Cielo" (2011) y con "El laberinto de los espíritus" (2016) ha terminado el trabajo de creación que, dijo, "es un proceso complejo que me cuesta resumir en un par de frases. Cada uno de los libros me lleva varios años de trabajo".
Ruiz Zafón escribe en Estados Unidos y en España. ¿Es lo mismo? "Es una buena pregunta. Hace años no, ahora sí. Creo que con el tiempo se aprende a canalizar mejor y a entender mejor el efecto que el entorno tiene sobre uno mientras trabaja. O al menos a mí me ha sucedido", concluyó.
