La temperatura del agua del mar ronda los 13 grados pero eso no impide a Jaime Jardón bañarse en la playa de Salinas todos los días del año, incluso con temporales. Y así desde hace más de 45 años. "Soy el decano de los bañistas diarios de la playa de Salinas", sostiene Jardón, nacido en Navia en 1950 y jubilado de la hostelería. "Sólo dejo de bañarme si tengo que resolver algún papeleo que no pueda aplazar. Y tampoco me planteo dejar de bañarme a diario", afirma.
"Los baños diarios los comencé recién iniciada la década de los 70 del siglo pasado. Como trabajaba, solía bañarme por la tarde, pero desde que estoy jubilado vengo todas las mañanas desde Avilés, donde vivo ahora". Jaime Jardón comenzó su idilio con el agua en Navia siendo aún un crío y siguió en Salinas, donde vivió varios años. "En Navia ya me escapaba con cinco años para bañarme en la ría o en la playa. Luego vinimos a vivir a Illas y después a Oviedo, donde empecé a trabajar con 15 años en el hotel Principado", explica.
Los temporales o las bajas temperaturas del agua no asustan a este enamorado del mar. "Hay que ser prudente y disfrutar del mar. No tengo miedo, pero dependiendo del estado del mar puedo darme un chapuzón, dar algunas brazadas o disfrutar de las olas con un placentero baño". Desde hace unos años el naviego cuenta con dos compañeros de baños: César Coto e Isidoro Treceño. "Ellos empezaron después que yo. Ahora vienen más a menudo porque están jubilados. César Coto es de Avilés y conoce bien el mar. Isidoro Treceño, aunque es natural de León, lleva aquí muchos años. Trabajó en Ensidesa, empresa de la que está jubilado", sostiene Jardón, bien conocido en Salinas por su afición a los baños.
Jaime Jardón no se considera especialmente "intrépido" por bañarse en invierno cuando la temperatura del agua baja hasta los 12 grados. "La del mar está fresca, pero la que sí que sale fría es el agua de la ducha". Se refiere a los servicios municipales que hay en el acceso a la playa junto al restaurante Real Balneario, la zona de baños de "toda la vida" de la playa de Salinas y en la que siempre se da los chapuzones este intrépido Neptuno asturiano.
