Amparo Jurado es "La Cordobesa" de Llaranes, la tercera en concreto. De Córdoba llegó al barrio obrero su abuela. Entonces Ensidesa estaba en pañales y la andaluza tenía el sueño de ganarse el pan en Asturias. Aquella mujer y su hijo abrieron un bar a la entrada de Llaranes, más o menos en lo que hoy es la calle Gijón. En aquel bar empezaron a vender periódicos y así nació el pequeño kiosco de La Cordobesa, que tiene tantos años como historias, entre ellas que fue trasladado un día de Jueves Santo por "Paco el bombero" en una grúa de su ubicación original a la actual, en Río Arlós. Amparo Jurado tenía entonces 12 años. Por aquel entonces su madre, viuda, se puso al frente del negocio que consiguieron por insistencia después de una expropiación. "Yo eché los dientes aquí. Me quedé sin padre y a los cinco años ya estaba vendiendo periódicos", manifiesta esta mujer que lleva una vida entre tinta. Tal es la solera de este kiosco que Jurado tiene clientes que la visitan cada día desde barrios próximos, por ser quien es, la tercera generación de La Cordobesa. "A mis hijas las crié aquí y ahora me da pena cerrar, pero esto se acaba poco a poco", avanza. Jurado abre de madrugada. Así lleva una vida. Y da fe una placa que homenajean medio siglo de cordobesas en Llaranes.
