El músico Javier Ojeda (Málaga, 1964) es el líder de "Danza Invisible", pero actúa esta noche en el Valey de Piedras Blancas (20.00 horas) en su versión más íntima. Conversa con LA NUEVA ESPAÑA por teléfono.
-Treinta y cinco años con "Danza Invisible".
-Sólo puedo sentir orgullo y satisfacción. Cuando empezamos, allá por los ochenta, si me hubieran dicho que iba a llegar a donde estoy ahora no me lo hubiera creído. Nacimos con ganas de pasárnoslo bien.
-Imagino que lo ha cumplido.
-Me lo he pasado genial. Siendo músico he desafiado al envejecimiento.
-¿Sigue siendo miembro del "El club del alcohol?
-¿Por qué no? Es una canción que ha sobrevivido al tiempo. Pero como esa, otras de la época. El otro día estaba intercambiando mensajes con Paco Loco y me decía que había que salir a la calle otra vez, pero sólo para interpretar "Maratón" de cabo a rabo, el disco de "El club del alcohol".
-Empezaron "nuevaoleros", pero hace tiempo que eso pasó a la historia.
-Mucho. Con el cambio de la década de los ochenta a los noventa. Fue cosa de la evolución: pasamos de escuchar británicos o americanos a ampliar nuestras miras. Toda la música negra: desde el "funky" al "soul" o al "reggae". Con el paso de los años nos hemos hecho más eclécticos. Me encanta todo tipo de música.
-Van y vienen.
-Sí, pero es natural. Todos tenemos familia, preocupaciones. Pese a ello no hemos dejado de tocar juntos. En mi aventura en solitario tocan todos mis compañeros: en distintas canciones, pero ahí están. Estas circunstancias vitales son las que nos llevan a cada uno por caminos distintos.
-Lo que ofrece en Piedras Blancas es un acústico, pero ustedes son de fiestas sobre la escena.
-Y lo sigo siendo: no es un concierto de una voz y una guitarra. Es todo un festival. Venga a verme y compruébelo.
-¿Le gustan los teatros o prefiere otros formatos?
-Las audiencias pequeñitas permiten interactuar con los espectadores. Los grandes formatos están hechos para una sucesión de "hits" y se hace más difícil hacer una balada.
-Le ha ido bien.
-Hemos hecho más de 1.600 actuaciones. No ha ido mal.
